Sin calefacción y con una cocina provisional desde hace años, quienes acuden a As Ermidas no buscan comodidades sino afecto y medios de subsistencia. El santuario se autabastece con su huerta y los animales.

Un templo de vida familiar

Fachada principal del santuario de As Ermidas
Las dependencias del seminario y del santuario de As Ermidas (O Bolo) serán ocupadas por una treintena de personas en el tiempo de Navidad. Los motivos que les llevan a elegir este lugar para pasar esta época del año son muy distintos, aunque predominan sobre los demás la búsqueda de un ambiente espiritual y la procura de un afecto familiar que comienza a escasear en la sociedad actual y, cada vez con más frecuencia, entre la gente joven. Además, están aquellos que son más castigados por la crisis, que encuentran en este rincón una forma de subsistir que no les brinda ningún otro lugar.
Los que llegan no deben pagar cantidad alguna por su estancia. El dicho 'Dios proveerá', tan manido por periodistas faltos de noticias, también encuentra aquí sentido. Pese a ello, y por si 'el de arriba' tiene un mal día, la comunidad puso en marcha una forma de vida autosuficiente. Más de 40 ovejas y corderos, patos, pavos, gallinas y una buena huerta permiten a José Antonio Crespo Franco, uno de los curas que vive en As Ermidas -junto a Francisco Requena García-, afirmar que 'consumimos las verduras, hortalizas y patatas que producimos y la carne, casi también'

La buena alimentación no está de más cuando se vive en un edificio viejo y sin calefacción. Una estufa de hierro forjado, colocada en el centro de lo que fue salón de actos, ahora reconvertido en comedor y cocina, es el mejor lugar que tienen los residentes para quitar el frío. El segundo y último punto cálido es la capilla, donde instalaron dos acumuladores eléctricos. 'Por lo menos así sabemos que los que llegan no vienen buscando comodidades', bromeó José Antonio Crespo. Un sentido del humor que no congelaron las temperaturas bajo cero registradas en estos parajes en las últimas semanas.

A la apremiante necesidad de un sistema de calefacción que tienen estos edificios hay que añadir la urgencia de construir una cocina. La actual fue montada de forma provisional en el salón de actos, donde se adecuó cuando se hundió uno de los edificios, en diciembre del 2002. El vicepresidente del patronato de la 'Fundación Nuestra Señora de las Ermitas, Luis Maroto Cervera, apuntó que la petición ya fue formulada a la Dirección xeral de Patrimonio, organismo que debe autorizar la reforma en este recinto histórico y bien de interés cultural.

Los visitantes llegan de muy distintos lugares. León, Valladolid, Málaga, Madrid, Salamanca o las cuatro provincias gallegas son los lugares de procedencia que más se escuchan en el santuario. Muchos acuden movidos por los efectos de la crisis. 'Hay personas que lo están pasando mal', explica José Antonio Crespo. Algunos son enviados desde concellos como O Barco o Ponferrada, cuando no pueden prestarles auxilio.

Otras personas tuvieron conocimiento de As Ermidas al contactar con conocidos que ya estuvieron en este lugar. Incluso, hay casos en los que un visitante novel, llegado para quedarse una semana, acuerda prolongar su estancia en medio año. ¿Qué encuentran en As Ermidas?. El mismo sacerdote contesta apuntando que 'ofrecemos un ambiente de hogar. Pretendemos que quienes vienen se sientan queridos por lo que son. Por eso no cobramos. El amor es gratuito', dijo.

La atracción de As Ermidas no reza únicamente para personas solitarias. Su llamada también es escuchada por matrimonios, que suelen personarse acompañados por sus hijos. Finalmente, hay un último grupo, es el de personas que recorren decenas de kilómetros para asistir a la misa nocturna o bien para confesarse. Algunos quedan a dormir y otros regresan a sus domicilios por la noche.

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