TRIBUNALES

Un vecino de A Rúa venció en los tribunales a la homofobia

El acusado por verter insultos homófobos contra un vecino, en el juicio de la Audiencia Provincial (Foto: Xesús Fariñas).
photo_camera El acusado por verter insultos homófobos contra un vecino, en el juicio de la Audiencia Provincial (Foto: Xesús Fariñas).

Un hombre de A Rúa denunció a su vecino por insultos homófobos y amenazas de muerte. Tras una larga lucha, al acusado se le impuso una pena de seis meses de prisión, convirtiéndose en la primera sentencia condenatoria por un delito de odio de la provincia. 

 

Felipe -nombre ficticio-, cansado de los insultos homófobos que sufría constantemente por parte de su vecino en A Rúa de Valdeorras, decidió contactar en 2021 con la abogada santiaguesa Manuela Blanco Jiménez. Llevaba meses sufriendo este tipo de agresiones, incluso hacía largos recorridos cuando salía de su casa para evitar a su agresor. Necesitaba que esa situación acabase, ya que le provocaba un gran padecimiento mental y emocional.

“Un vecino lo tenía más o menos vigilado y, en cuanto pasaba por la calle, empezaba a proferirle expresiones como ”maricón” o “me dais asco”, cuenta Blanco. Como no tenía testigos, la letrada le recomendó grabar los insultos para acreditar que estaba siendo víctima de un delito de odio. 

Felipe le hizo caso y consiguió grabaciones de los insultos que vertía su vecino contra él. En ellas, se podían escuchar amenazas y expresiones como ‘maricón’, ‘eres una perra’, ‘estás muerto, me cago en tu puta raza’, ‘escóndete porque te quito la vida, cerda’, ‘yo en el talego, tú muerto’  o ‘cuarenta puñaladas te voy a meter’.

Las grabaciones, clave

La letrada presentó la denuncia oportuna en el juzgado y aportó las grabaciones, de las cuales se solicitó su cotejo judicial. “Se comprueba la veracidad de las mismas y que no está manipulado el terminal”, explica Blanco. La causa se tramitó con celeridad y, tras formular las acusaciones, el fiscal los apoyó.

“Te expones bastante desde el punto de vista personal porque tienes que denunciar y ver a esa persona”, dice su abogada

El pasado 8 de mayo, llegó el momento clave: el juicio en la Audiencia Provincial. Sentado en el banquillo de los acusados, el denunciado aceptó los hechos, por lo que le fue impuesta una condena de seis meses de prisión y una orden de alejamiento de 300 metros a cualquier lugar en el que se encuentre Felipe. “Me imagino que, ante la obviedad de los hechos que se denunciaban y la posibilidad de reproducir durante el juicio esas grabaciones con insultos y amenazas, la abogada de la defensa le aconsejó que se conformase con la pena”, indica la letrada.

Tras tanta lucha, la valentía de Felipe tenía su recompensa y lograba que se condenase al vecino que vertía contra él insultos homófobos y amenazas, convirtiéndose en un ejemplo a seguir por las personas que puedan estar padeciendo la misma situación que sufrió él. 

“Cuando conoció la sentencia, no daba crédito, al principio era reacio a denunciar porque te expones bastante desde el punto de vista personal, en el sentido de que tienes que denunciar e incluso ver a esa persona”, señala Blanco. En este sentido, confiesa que Felipe, al comienzo, no creía mucho en que el asunto saliese adelante y se sentía temeroso, ya que “son situaciones complicadas y, en lugares pequeños, al final acaba trascendiendo cuál es tu orientación sexual, no son delitos fáciles de denunciar”.

Sentencia pionera

La sentencia emitida por la Audiencia Provincial condenó al denunciado a seis meses de prisión, lo inhabilitó durante cinco años para ejercer una profesión educativa y le impuso una orden de alejamiento de 300 metros a cualquier lugar donde esté la víctima. Además, le obliga a abonar al denunciante 6.000 euros por los daños morales ocasionados. De hecho, Felipe necesitó ayuda psicológica por estos hechos.

Este fallo es histórico en Galicia. “Es muy difícil condenar porque este tipo de delitos son actos bastantes cobardes, se hacen sin testigos y son víctimas vulnerables”, explica Blanco. Lo demuestra el hecho de que en la comunidad solo haya otra sentencia condenatoria por un delito de odio. Se produjo en Lugo, precisamente también este mes de mayo. En ese caso, un hombre, junto con dos menores, insultó, acosó, amedrentó y amenazó a una pareja homosexual que residía en la capital lucense con “absoluto desprecio” hacia ellos, según señaló la Fiscalía.

El condenado, de 20 años, y los dos menores llamaron en diversas ocasiones de manera insistente al interfono de la vivienda de la pareja, golpearon la puerta del portal, tiraron piedras a las ventanas de su domicilio, profirieron expresiones atentatorias contra su identidad sexual, llegando a decir “jodido maricón” y, con ánimo de infundirles miedo, les dijeron, en al menos dos ocasiones, que los iban a matar y a quemar.

Finalmente, en el juicio celebrado el 16 de mayo, el joven admitió los hechos y fue condenado a un año de prisión por un delito de odio y a seis meses por dos delitos de amenazas.  

Redes sociales

La abogada Manuela Blanco Jiménez advierte de que los delitos de odios suponen un gran problema en la sociedad. “La gente joven no sufre solo este tipo de acoso por la orientación sexual, sino también porque ‘eres gorda’, ‘vistes mal’ o ‘eres vieja’. Este tipo de persecución personal por fobias o simplemente porque se pretende humillar a determinadas personas provoca muchos suicidios, hay mucha gente, sobre todo joven, que lo está pasando verdaderamente mal y no se atreve a denunciar”, cuenta. 

Por ello, anima a las personas que sean víctima de estas situaciones a denunciar, porque “no se pueden permitir, van en contra de los derechos humanos y de los más fundamentales de las personas, como no ser humillado”.

Además, apunta que muchas personas jóvenes, incluso menores, sufren este tipo de acoso a través de las redes sociales. “Los ponen en situaciones terribles y no lo denuncian porque muchas veces no se lo cuentan ni a sus padres”. 

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