Su esposa, Margo Pool, cree que fue asesinado, pero no tiene miedo de seguir viviendo en Santoalla
Las primeras inspecciones oculares no encontraron restos humanos en el todoterreno Chevrolet Blazer de Martin Verfondern, propiedad del holandés afincado en Santoalla (Petín) que desapareció el 19 de enero de 2010. En todo caso, aún habrá que esperar a que los cuatro agentes del equipo de la Unidad Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, desplazados de Madrid, acaben la recogida de pruebas. Hoy, regresarán al lugar de A Azoreira, situado en un monte próximo a Lamalonga (A Veiga), para continuar esa labor. Cuando la finalicen comenzarán los análisis, en busca de algún resto de ADN o algún otro indicio que ayude a saber qué pasó con el vecino de Petín.
La investigación que desarrolla la Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis, incluso la del asesinato. El todoterreno fue abandonado en un pinar al que llegó por un cortafuegos abrupto, por el que ya no podía seguir. Esta localización parece indicar que alguien quiso dificultar su localización. Además, los pilotos del helicóptero de la Guardia Civil que lo vieron casualmente desde el aire también comprobaron que estaba calcinado parcialmente y sin las placas de matrícula, otros dos factores que dificultaron la búsqueda.
La esposa del desaparecido, Margo Pool, comparte la tesis de que su marido fue asesinado. "Tiene que ser un asesinato", dijo. Hace tiempo que cree que alguien lo mató, pero quiere vivir en Santoalla. "No tengo miedo. Yo no tengo problemas", dijo. Poco antes, había explicado que Verfondern sí tenía diferencias con otros vecinos de Petín. Agradece el "mucho trabajo" de la Guardia Civil, pero cree que va a tener complicado encontrar a su esposo. "Será muy difícil, pasó mucho tiempo, pero ¿quién sabe?", comentó. En todo caso, insiste en mostrar su satisfacción por el hallazgo del vehículo: "Estoy muy contenta de que apareciese el coche. Ahora hay un rastro".
ROBERTO CASTRO: "UN CASO NUNCA SE OLVIDA"
El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, se refirió al hallazgo del todoterreno de Martin Verfondern, si bien respetó el silencio que acompaña a la investigación. "Todo apunta que es el coche que utilizaba el ciudadano holandés en el año 2010. Ahora, se trata de indagar sobre las circunstancias en las que apareció el vehículo. Hay que dejar trabajar a los agentes y que sigan sus protocolos de trabajo", dijo ayer en A Rúa, momentos antes de la reunión de la Junta Local de Seguridad. El subdelegado destacó la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. "La Guardia Civil y la Policía Nacional nunca olvidan un caso. Siguen trabajando con asuntos pendientes y, en este caso, en una investigación aérea detectaron algo que les llamó la atención y constataron que se trataba del coche".
