VACACIONES EN EL MIñO (25 DE JULIO)

Asombro sin límites en la Universidad

photo_camera Imagen del Campus universitario de Ourense.

¿En serio?, ¿En serio?, ¿¿¡En serio han escrito mal el nombre de Virginia Woolf!?? ¡Por los clavos de cristo, es una placa grabada y pegada al suelo!

Parada con pincho 

El Campus de Ourense (la parte que está a la derecha de Otero Pedrayo) tiene unos paseos bastante bonitos: lagos, vegetación… Realmente merece la pena darse un paseo por aquí.
Si entran por la avenida Castelao, así que avanzan unos metros tienen el Pabellón 1, déjenlo a su derecha y adéntrense en el “Paseo de la Igualdad”: un sendero con placas en el suelo con los nombres de las mujeres que dejaron huella en la historia.

OURENSE. 24.07.2015. CAMPUS DE OURENSE, PLACA HOMENAJE A VICTORIA WOLF. FOTO: MIGUEL ANGELLa verdad es que desconocía su existencia así que, tan contenta como si fuera el camino de Baldosas Amarillas avanzo sobre Simone de Beauvoir, Clara Campoamor, Mary Wollstoncraft…  esperando, todo el rato, llegar a la mía, a mi favorita, a la super escritora, a la que dijo que las mujeres no serían buenas escritoras hasta que tuvieran independencia económica… Y por fin llego… Y no doy crédito. Miro bien, me froto los ojos, no es posible. ¿En serio?, ¿En serio?, ¿¿¡En serio han escrito mal el nombre de Virginia Woolf!?? ¡Por los clavos de cristo, es una placa grabada y pegada al suelo! ¿En ningún momento del proceso a nadie le saltó a la vista que el apellido WOOLF tiene dos letras “o”?, ¿acaso la persona encargada de este proceso no tenía una hija, una hermana, una esposa (una jefa está claro que no) que le dijera “Papá (o similar) es que, verás, Virginia Woolf se escribe con dos oes, como, como… Vale, lo tengo, Eto´o sí sabes quién es, ¿verdad? Pues igual pero sin el apóstrofe”. Podría echarme a llorar pero como me están sangrando lo de llorar ya no viene al caso. En fin, no estoy de humor para recomendarles pinchos, cervezas ni nada por el estilo. Me voy a casa a beber cicuta. 

Mira Ourense

San Antonio es mucho 

OURENSE. 18.07.2015. VERANO, PLAZA SAN ANTONIO. FOTO: MIGUEL ANGELQue fijándome más en San Antonio, he visto yo la clave de todo. Ahora ya entiendo por qué está tan protegido. No, no, no es contra las posibles perrerías que los adeptos de San Benito le puedan hacer, no es para que nadie le mangue las flores de los jarrones, ¡es que este San Antonio es milagrero de verdad! Pero no de la manera que ustedes piensan, no. ¿Ven esa ranura que, en mi anterior mirada, me había pasado desapercibida? Ahí está el quid de la cuestión. Ustedes meten un dólar por la ranura, piden un deseo, San Antonio abre la boca, expulsa una tarjeta (que sale por la ranura), ¡y ustedes se convierten en Tom Hanks!  Y entonces encuentran un trabajo de puta madre, se enamoran de una chati que vale que lleva hombreras y cardados pero que  les encanta y su vida se transforma en una fiesta perpetua. ¿Qué? Cada uno tiene la creencia irracional que le da la gana, estamos en un país aconfesional.

Dulce hogar

El bueno de Adrián 

El mejor plan, sin duda, que se puede tener cuando se está en casa, es dedicar el día entero a leer. Sí, no sean cenutrios, necios o simplemente flojos: no hay nada tan entretenido como un buen libro. Los libros son mejores que las películas, que las series, que los nachos con guacamole, que los niños jóvenes y guapos, que los hombres maduros e interesantes, que las copas, que los amigos y la familia… Bueno, quizá estos últimos, no. Pero casi.

El libro que les recomiendo para rellenar hoy su ocio es el divertidísimo “Diario secreto de Adrian Mole: edad 13 años y 3/4". A mí ya solo el título me hace gracia. Tengo vagos recuerdos de que echaban la serie en la 2 cuando yo era pequeña. Pero no la vi. Sin embargo, un día encontré el libro en un mercado que había donde yo veraneaba, lo compré, lo leí en una tarde y, a partir de ahí, repetí su lectura cada verano.


Muchos años después me enteré de que Adrián crecía y seguía escribiendo su diario, así que están de enhorabuena, porque cuando se terminen este (es tan divertido y ameno que se lee en un plis), aún tienen otros siete. Tremendamente cómico e interesante ver cómo los personajes van evolucionando así como también lo hace su país (Londres), desde principios de los 80 hasta la primera década del siglo XXI.

El último que leí fue “Adrián Mole: los años de la próstata”. Y cuando digo último, es verdad, pues su artífice, Townsend, murió el año pasado. Snif. Háganle un homenaje. Lean estos libros.

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