Historia viva, arte y ruinas se esconden detrás de los bosques con más encanto de la provincia. Perderse en uno de estos paraísos bucólicos es posible sin salir de Ourense.
>Arte y naturaleza en O Rexo
El artista vasco Agustín Ibarrola lo definió como “la obra más importante de su vida” y se inauguró la noche de San Juan de 1999 en la parroquia alaricana de Requeixo de Valverde. El bosque de O Rexo es un homenaje a la cultura gallega, donde se fusionan el arte y los elementos naturales. La tradición celta y los motivos geométricos están presentes en las rocas y en las ramas de los árboles, decoradas con pintura biodegradable. El espacio es símbolo de la armonía entre el hombre y el paisaje, una integración que se ha ido transformando con el paso del tiempo.
>O Bidueiral, misterio y encanto
Más de 250 hectáreas de un paisaje único recorren O Bidueiral de Montederramo, el bosque de abedules más meridional de toda Europa. Estos árboles son típicos de las orillas de los ríos y es difícil verlos tan al sur, de ahí que el encanto de O Bidueiral sea mayor. Las tonalidades melancólicas del otoño o la atmósfera verde que se crea en verano configuran la ruta de senderismo perfecta en un entorno natural y misterioso. Aquí se encuentra As Gorbias, el lugar donde Romasanta, el hombre lobo de Allariz, cometió sus crímenes a finales del siglo XIX.
>O Teixadal de Casaio
Es el más antiguo de toda Galicia y uno de los pocos bosques de tejos de Europa. O Teixadal de Casaio se encuentra en el municipio de Carballeda de Valdeorras, y consta de árboles centenarios y milenarios. La Segunda Guerra Mundial también dejó huella en este paisaje ourensano, que conserva restos de las minas de wolframio que explotaban los nazis. Recientemente se ha llevado al cine Lobos Sucios, una historia ambientada en estas minas.
>El rey de los castaños gallegos
En la parroquia de San Martiño de Manzaneda se encuentra el árbol de mayor perímetro de Galicia: el castiñeiro de Pombarriños. Situado en el Souto de Rozabales, un bosque de castaños declarado monumento natural en 1995, el árbol tiene más de 12 metros de perímetro y 500 años de antigüedad. Abrazarlo es tarea complicada, pero disfrutar de su imponente naturaleza es posible desde los bancos que se han colocado a su alrededor.
>A Finca do Convento
Es un bosque pequeño pero con el encanto de las ruinas del pasado escondidas entre la naturaleza. A Finca do Convento es uno de esos rincones verdes de la provincia que merece la pena visitar alguna vez en la vida. El bosque se encuentra en el parador de Santo Estevo de Ribas de Sil, en el corazón de la Ribeira Sacra. La historia del monasterio se descubre a través de los antiguos hornos de los frailes que atesora este bosque,custodiado por robles centenarios.
