En paradero desconocido. Así se encuentra el globo aerostático de Celanova que, con motivo de las fiestas de San Roque en la noche del 15 de agosto, lanzaban al cielo en el concello celanovés. Ya lo apuntaban los entendidos aquella noche y, el paso de los días les ha dado la razón: este año será difícil dar con él. Y es que, el viento suroeste que se desarrolló en la noche de más fiestas por metro cuadrado del año, lanzó el globo de papel hacia los montes del concello vecino de Verea y, más allá de la frontera con Portugal, hacia Castro Leboreiro.
'Se trata de una zona poco poblada, donde abundan el monte raso y los arbustos, así que será difícil que podamos volverlo a ver', coincidían en la mañana de ayer los técnicos municipales, quienes mantenían que 'nada es imposible, así que el premio está esperando para aquel que lo encuentre'.
Tal y como manda la tradición fijada hace unos años por el Concello de Celanova, aquel que encuentre el globo y traiga prueba de ello, será premiado con un fin de semana para dos personas en cualquiera de los establecimientos hosteleros de la comarca. Una justa recompensa que, aunque nunca la llegó a reclamar, en los últimos años recayó en Emilio Ortega Casas. Este vecino de Zarracós, en el concello de A Merca, se ha presentado hasta en cuatro ocasiones en la puerta del consistorio con una de las anillas que componen el globo.
Una localización que, en forma de aventura, realizaba solo o en compañía de su mujer, Esperanza Barge. Las últimas, en 2008 y 2009, aterrizaron en la zona de Ansemil, aunque los destinos del globo han sido varios y muy diversos: desde la cercana Casal de Feas (Celanova) hasta Ramirás, pasando por A Bola y A Merca. 'Este año ha coincidido muy a desmano', confesaba hace unos días, aunque quien sabe si quizás se anime.
Tal y como manda la tradición fijada hace unos años por el Concello de Celanova, aquel que encuentre el globo y traiga prueba de ello, será premiado con un fin de semana para dos personas en cualquiera de los establecimientos hosteleros de la comarca. Una justa recompensa que, aunque nunca la llegó a reclamar, en los últimos años recayó en Emilio Ortega Casas. Este vecino de Zarracós, en el concello de A Merca, se ha presentado hasta en cuatro ocasiones en la puerta del consistorio con una de las anillas que componen el globo.
Una localización que, en forma de aventura, realizaba solo o en compañía de su mujer, Esperanza Barge. Las últimas, en 2008 y 2009, aterrizaron en la zona de Ansemil, aunque los destinos del globo han sido varios y muy diversos: desde la cercana Casal de Feas (Celanova) hasta Ramirás, pasando por A Bola y A Merca. 'Este año ha coincidido muy a desmano', confesaba hace unos días, aunque quien sabe si quizás se anime.
