El jamón volvió a ser el plato estrella en el día grande del verano. Entre todas las fiestas que se celebraron en la jornada de ayer, A Cañiza disfrutó de su conocida fiesta gastronómica, declarada de Interés Turístico de Galicia, tras dos años de parón y lo hizo a lo grande en su edición número 56.
A media mañana la comitiva del jamón salió del ayuntamiento, seguida por el tradicional carro de bueyes, rumbo a la carballeira, donde estaba todo preparado para poder catar este delicioso producto con sello local.
Los asistentes no pudieron aguantarse las ganas hasta que este pequeño desfile llegase y para cuando lo hicieron, ya habían agotado las tapas de jamón asado. Sin embargo, no hubo problema, había preparadas otras opciones igual de sabrosas: jamón curado, tortilla de jamón, empanada de jamón y una nueva especialidad, jamón empanado.
Quince cortadores, mitad hombres y mitad mujeres, llegados desde distintos puntos de España fueron los encargados de cortar, durante tres horas, una pequeña parte de las raciones que se vendieron. Como ya es habitual, en su séptima edición, fue uno de los reclamos de la jornada. Muchos asistentes se detuvieron durante un buen rato a observar la técnica de estos profesionales, algunos con el plato de jamón en la mano.
El tiempo acompañó la jornada, con un clima que invitaba a quedarse durante horas en el recinto. Así, las sobremesas se alargaron hasta bien entrada la tarde.
Con la jornada de ayer se puso fin a varios días de celebraciones en los que la localidad también elaboró un bocadillo de jamón gigante de 18 metros y realizó una cata de vinos de la comarca del paradanta acompañados del producto estrella.
