Aún quedamos ourensanos que recordamos la airosa chimenea de la fundición Malingre, situada en O Couto, y su sirena sonando en la ciudad anunciando la hora de salida de la fábrica de sus muchos empleados. Sin fecha concreta, el catálogo de Malingre, impreso en la imprenta “La Industrial” de esta ciudad, consta de 58 paginas en las que se expone el material fabricado por don Manuel Malingre propietario de la fábrica: balcones, columnas, balaustres para escalera, cocinas tipo Bilbao, pies de banco para jardines, puertas de hierro dulce, mesas para café, potas y potes, etc.
Don Manuel se muestra un tanto tajante y hasta soberbio cuando en la primera página expone lo que llama “Condiciones generales de venta”: el pago de la factura será al contado, la mercancía seguirá siendo suya mientras no esté totalmente pagada, no admite reclamación sobre los plazos de entrega, de los que responde totalmente, no asume responsabilidad de los daños que sufra la mercancía que entrega, solo admite reclamaciones en los 10 primeros días, los precios de las piezas no incluyen el embalaje y no admite devoluciones de los embalajes.
LAS COCINAS ECONOMICAS
Sin duda las cocinas “económicas” pensadas para funcionar con leña y carbón, fueron uno de los productos mas famosos y reconocibles de la marca, es posible que por eso el señor Malingre garantiza en su catalogo que sus cocinas son “de construcción sólida y esmerada”, y que rechaza cualquier intento de abaratarlas a costa de su calidad, ya que se trata de cocinas “de verdadera utilidad práctica y de larga duración”. Asegura el fabricante que dispone de una larga lista de clientes totalmente satisfechos de sus cocinas. El modelo “tipo Bilbao” era la especialidad de la casa, “por su gran solidez, tanto en sus frentes como en sus encimeras, empleando hierro de primera calidad”, decía la publicidad, al mismo tiempo que describe con todo detalle los entresijos de la tal cocina.
BAÑERAS DE HIERRO Y RADIADORES
Las bañeras de hierro fundido esmaltado que anunciaba el catalogo podían ir recubiertas con azulejos, mármol o cualquier otro material. Son las mismas que hoy se pueden ver por los prados y huertas de Galicia convertidas en bebederos para el ganado. Malingre las consideraba más higiénicas que otras y fáciles de colocar “tanto en salas de baño de gran lujo como en cuartos de baño económicos”. Los radiadores y calderas de calefacción eran otra pieza destacada de Malingre. Podían funcionar con caldera independiente o con el agua calentada por la cocina de hierro, y se garantizaba su funcionamiento, duración y poco consumo. “El buen funcionamiento de mis instalaciones lo acreditan mis numerosos clientes”, así personalizaba, una vez mas, el señor Malingre las bondades y el éxito del producto que fabricaba. Los pies de banco, que aún pueden verse en la ciudad, y los potes de hierro, siguiendo un modelo de potes belgas, para cocinar la comida del ganado, eran otros éxitos de Malingre.
