Dentro de la agenda de espectáculos también se pudo disfrutar de una muestra de cetrería, un ajedrez viviente y una boda judía
La Praza Maior de Ribadavia se convirtió en un campo de lucha improvisado, en el que cuatro valientes caballeros blandieron sus espadas en un reñido duelo. Tras eso, un espectáculo de ajedrez viviente entretuvo a los espectadores que acudieron al auditorio del Castelo dos Sarmiento. Eso sí, la entrada sólo estaba permitida a las personas que estuvieran vestidas de época, como manda la tradición. Las piezas blancas luchaban contra las negras en una reñida guerra, en la que sólo podía haber un vencedor. En cuanto una ficha era comida, el personal sanitario acudía en su rescate para sacarla del tablero.
Otro de los espectáculos impresionantes que reúne a un ciento de personas en la Praza Maior, es la cetrería. Dos halcones impresionaron a los asistentes cuando cogían la carne que les lanzaban sus adiestradores al aire. Pero el toque romántico lo puso la comitiva judía con la celebración de una boda en la Igrexa da Oliveira. Los novios, Sara e Isaac, se unieron bajo las sagradas letras de la Torá. Este año, la boda la ofició Abraham Haim, el presidente de la Comunidad Sefardí en Jerusalén. Tras las siete bendiciones, los novios rompieron una copa, y el acto concluyó con un beso y un baile.
