El veterano religioso fue reconocido como hijo adoptivo por el Ayuntamiento

El Concello de Vilar de Santos rinde tributo a la labor social de su párroco, Miguel Fernández

Miguel Fernández, en el centro, en un momento del homenaje tributado en Vilar de Santos. (Foto: Xesús Fariñas)
La labor solidaria y eclesiástica del cura párroco de Parada de Outeiro, en Vilar de Santos, Miguel Fernández Grande, fue reconocida en un homenaje tributado al religioso por el Concello y sus con vecinos en la iglesia del pueblo. Fernández Grande, natural del municipio limiano de Vilar de Barrio, fue declarado hijo adoptivo de la localidad. Fernández cumplió sus bodas de oro como clérigo.
El sacerdote de Parada de Oteiro, en Vilar de Santos, Miguel Fernández Grande, recibió el cariño de sus feligreses y el homenaje del Concello en un emotivo acto que tuvo lugar en la iglesia de la aldea.

Miguel Fernández, un sacerdote muy implicado en la problemática social del municipio, fue ordenado sacerdote hace medio siglo. Con ocasión de esta efeméride, el Ayuntamiento de Vilar de Santos le concedió el título de hijo adoptivo de la localidad, ya que el religioso nació en el vecino municipio de Vilar de Barrio.

La historia de Miguel Fernández Grande es la del compromiso con la tierra en la que ha venido trabajando desde hace décadas. Promovió actos culturales, lúdicos y se integró desde el primer día en la vida de su pueblo de adopción.

La trayectoria vital del religioso ha dado incluso origen a un libro presentado este fin de semana y titulado ‘Miguel, un cura grande en Parada de Outeiro’. En el texto toman parte personalidades culturales y políticas de prestigio como el catedrático Delfín Casei ro, el ex alcalde de Vilar de Santos, Xosé Antón Xardón Dacal, el escritor Enrique Bande o el responsable de la Policía Nacional en Galicia, Luis García Mañá.

Respeto

El regidor de Vilar de Santos, Xoán Xardón Pedras, destacó el afecto y el respeto de los vecinos del municipio para con su sacerdote. La jornada de reconocimiento al cura se cerró con una reunión vecinal en la plaza del pueblo al que Fernández Grande ha estado vinculado durante las últimas cuatro décadas.

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