La Noite de estrelas organizada por el Concello no pasó desapercibida entre los ourensanos. La Alameda se convirtió en un improvisado centro de astronomía y sus telescopios fueron demandados para ver de cerca el lejano mundo de los astros.
Noche veraniega y apta para pasarla al aire libre. La cita de ayer era con la Noite de estrelas y parece que los astros se conjugaron para que los ourensanos no tuviesen excusas para quedarse en casa. El escenario era la Alameda ourensana, los invitados todos los entusiastas o curiosos de la astronomía y el argumento, mirar al cielo para contemplar las estrellas. Fue una noche singular en la programación cultural ourensana y detrás de ella se encontraban las concejalías de Cultura y Xuventude, arropadas por la Asociación de divulgación científica Ourense Astronómico, que pretendieron, con este encuentro, hacer su particular aportación al Año Internacional de la Astronomía, poniendo un poco más cerca de la gente de a pie los encantos de los astros y todo aquello que esconde el universo.
La Noite de estrelas empezó mirando al firmamento pero desde cerca, desde la óptica de los astrónomos reflejada en 22 impactantes imágenes realizadas con tecnología puntera y que se exhibieron, a modo de exposición, en el palco de la Alameda. Después el cielo se insinuó a través de la música. Con la interpretación de bandas sonoras originales de películas como E.T. el extraterrestre o La Guerra de las Galaxias, la Banda municipal de Música de Ourense ofreció uno de sus conciertos más singulares, donde el repertorio estuvo marcado enteramente por la inspiración astral.
Y para finalizar, el horizonte lo puso el ilimitado universo. En los días en los que las bágoas de San Lourenzo (Perseidas) se hacen más visibles que nunca, la Alameda se convirtió en un improvisado centro de astronomía, con decenas de ojos mirando hacia arriba para poder captar esa impactante lluvia de meteoros y, si se tercia, aprovechar para hacerse con algún que otro deseo por cumplir.
Todo esta preparado y una concentración de telescopios puestos a disposición de la ciudadanía por parte de diversas asociaciones astrológicas de Gali cia esperaban para ser utilizados. Rondaban ya las doce de la noche cuando la Noite de estrelas vivió su momento más esperado. Al margen de que las Perseidas llegasen a ofrecerse visibles desde el centro urbano ourensano, la sesión fue para muchos un primer acercamiento al horizonte más lejano, su primera visión a corta distancia de las estrellas y de los secretos del espacio celeste. Y a buen seguro que en estos días en que las bágoas de San Lourenzo pueden dejarse caer en cualquier momento, muchos seguro pasarán las noches mirando al cielo.
La Noite de estrelas empezó mirando al firmamento pero desde cerca, desde la óptica de los astrónomos reflejada en 22 impactantes imágenes realizadas con tecnología puntera y que se exhibieron, a modo de exposición, en el palco de la Alameda. Después el cielo se insinuó a través de la música. Con la interpretación de bandas sonoras originales de películas como E.T. el extraterrestre o La Guerra de las Galaxias, la Banda municipal de Música de Ourense ofreció uno de sus conciertos más singulares, donde el repertorio estuvo marcado enteramente por la inspiración astral.
Y para finalizar, el horizonte lo puso el ilimitado universo. En los días en los que las bágoas de San Lourenzo (Perseidas) se hacen más visibles que nunca, la Alameda se convirtió en un improvisado centro de astronomía, con decenas de ojos mirando hacia arriba para poder captar esa impactante lluvia de meteoros y, si se tercia, aprovechar para hacerse con algún que otro deseo por cumplir.
Todo esta preparado y una concentración de telescopios puestos a disposición de la ciudadanía por parte de diversas asociaciones astrológicas de Gali cia esperaban para ser utilizados. Rondaban ya las doce de la noche cuando la Noite de estrelas vivió su momento más esperado. Al margen de que las Perseidas llegasen a ofrecerse visibles desde el centro urbano ourensano, la sesión fue para muchos un primer acercamiento al horizonte más lejano, su primera visión a corta distancia de las estrellas y de los secretos del espacio celeste. Y a buen seguro que en estos días en que las bágoas de San Lourenzo pueden dejarse caer en cualquier momento, muchos seguro pasarán las noches mirando al cielo.
