Edu, vigués afincado en Granada, vestido de maillot y montado en su bicicleta cargada de alforjas, está recorriendo sobre dos ruedas la Vía de la Plata en bicicleta con toda la calma y el poco tiempo que tiene. Para él, el ciclismo es una terapia que le permite desconectar y descansar del trabajo. Tras dejar atrás la ciudad de As Burgas, en pocos días llegará a Compostela, culminando por fin un trayecto de seis años.
¿Cuándo inició el camino hacia la catedral de Santiago?
Salí hace seis años de Sevilla, porque hago una etapa al año, en vacaciones. He hecho Sevilla-Cáceres, Cáceres-Salamanca, Salamanca-Laza y ahora, desde hace dos días, Laza-Santiago, y en medio dos años de pandemia en los que se cortó el viaje.
¿Qué tal lleva esta última etapa del camino?
Desde Laza hasta Xunqueira de Ambía fue difícil, muy pedregoso y con muchos desniveles. De Xunqueira hacia Ourense es muy simple, con un puerto por carretera duro que luego se hizo muy llevadero, con el único problema agobiante del tráfico.
¿Destacaría algo de los últimos días?
Antes del polígono de San Cibrao es muy bonito, donde todo son carballeiras, que te encierran por completo a ambos lados del camino.
¿No pasó mucho calor en el polígono? Apenas hay sombra.
A la hora a la que pasé no hubo ningún problema, y ya estoy acostumbrado al calor de Granada. Ayer en Xunqueira, a la tarde, el calor ya apretaba de cojones.
¿Tuvo que sortear algún obstáculo importante?
A 10 kilómetros de Xunqueira de Ambía, por el camino del monte me cortó el paso un roble enorme que había caído. No había por donde pasar con la bici: todo eran silveiras y hierbas. Logré pasar la bici por debajo del árbol caído y ya en Xunqueira avisé a Protección Civil para que fuera a retirarlo.
¿Cómo ve el siguiente tramo?
Saldré de Ourense en dirección a Cea. Veré si llego a Castro Dozón mañana, depende de cómo sean las cuestas, porque parece que son muy duras.
¿Hoy toca descansar en Ourense?
Vengo con la idea de tener tiempo para recorrer la ribera del Miño.
