No es muy común, pero hay quien padece algún estado de agobio antes, durante y después de un periodo vacacional, derivado de la inadaptación a los momentos de ocio
El verano, asociado con vacaciones para disfrutar en la playa, en el chiringuito o para hacer turismo, no siempre es positivo. El psicólogo holandés Ad Vingerhoets, aquejado de malestar psíquico en sus momentos de tiempo libre, decidió llevar a cabo un estudio. En él, estableció que el 3% de la población sufre estrés en los periodos de descanso vacacional.
Sobre el estrés, el psicólogo José Manuel González explica "estas situaciones se pueden dar antes, durante y después de las vacaciones". "Es normal, no es nada malo, todo cambia y eso supone un esfuerzo de adaptación al que hay que dedicarle tiempo". Algunos expertos lo han bautizado como “estrés vacacional” o “bajón veraniego”. Principalmente lo padecen aquellas personas que llevan a cabo muchas tareas en su día a día y que, en cuanto ven alterada su rutina de actividades, caen en el desasosiego de no saber qué hacer.
Este síndrome, aunque afecte mayoritariamente a trabajadores, lo sufren otros colectivos. "Es importante reflexionar que también le pasa a amas de casa o a estudiantes, cada uno somos un mundo y reaccionamos de formas diferentes" explica el psicólogo. Además comenta que puede apreciarse cuando "no eres capaz de desconectar, sentirse hiperactivo, no descansar bien o no poder concentrarse cuando antes no pasaba, puede ser que se sufra estrés antes, durante o después de las vacaciones".
Una planificación previa del tiempo libre es una buena idea para gestionar todas las horas de las que se disponen, así como regresar unos días antes de las vacaciones para volver a establecer una rutina. "No hay recetas pero sí condimentos claves para superarlo, reducir las tensiones, conectar con experiencias y sensaciones positivas y dedicar tiempo de adaptación", explica González. Según él, los periodos de adaptación van de los siete días a las dos semanas,
Las situaciones pueden estar ocasionadas por el estrés laboral acumulado, el estrés de la conciliación entre el trabajo y la vida familiar, el pánico a parar y de "encontrarnos con conflictos internos que queremos evitar"o la falta de habilidades para poder gestionar las emociones que pueden derivar en estrés.
El psicólogo José Manuel González aconseja "manejar bien los primeros días, no frenar en seco" a la hora de abandonar la rutina diaria que se ve alterada en las vacaciones porque "a veces, si paras, te aceleras más".
Técnicas efectivas de relajación para evitarlo
El psicólogo José Manuel González aconseja para bajar el ritmo tres pasos que guían de cara a la relajación, " yo recomiendo siempre tres pautas de relajación : primero realizar respiraciones profundas, luego lograr una distensión muscular y centrarse en la percepción de los sentidos". González explica de forma clara que hay que "llenarse de sensaciones" y también que las mismas "generen sensaciones positivas, a través de frenar y observar el entorno, mirar a las nubes, escuchar a los pájaros o mirar de frente al horizonte", todo ello con el objetivo de establecer unos lazos con la naturaleza que permitan alcanzar la relajación y evitar las situaciones de estrés que generan los momentos de poca actividad. Es bueno hacer "actividades que nos gustan y que hace tiempo que no practicamos y desconectar y re-conectar con lo que nos rodea, incluidos familia y amigos".
