El helado, tradición ourensana

En cuanto los meses estivales comienzan a asomarse por el calendario, las temperaturas suben y los ourensanos buscan el modo de refrescarse. Las piscinas, la orilla del río Miño o las escapadas a la playa más cercana son buenas opciones para hacerle frente al calor cuando se dispone del tiempo. Para los que no lo tengan tan fácil, siempre quedará algo que es toda una tradición veraniega en la ciudad: disfrutar de un buen helado. Los expertos en nutrición afirman que el consumo de este alimento es beneficioso para la salud por aportar vitaminas, calcio, proteínas y por controlar la tensión arterial, entre otros beneficios. En Ourense, desde hace décadas, las heladerías han encontrado un lugar ideal para desarrollar su negocio.

Muchos todavía recordarán establecimientos tan emblemáticos como El Cortijo o La Ibense, situadas ambas heladerías en la céntrica calle del Paseo. Antes de que cerrasen sus puertas en 2002 y 2010 respectivamente, en la ciudad se vivía una auténtica rivalidad al más puro estilo Madrid-Barça entre aquellos que defendían, hasta con su propio honor, su heladería favorita frente a la otra. En su momento, miles de ourensanos pudieron pasar por estos locales para disfrutar de su helado favorito. Hoy en día, ya nada queda de ellos, como ocurrió también con otras tantas heladerías anteriores. A pesar de esto, el negocio del helado sigue vivo en Ourense y parece que vuelve con más fuerza.

“Los ourensanos prefieren los helados artesanos sobre los hechos industrialmente”, afirma Maribel González, dueña de la Cafetería Milucho, uno de los locales del centro de la ciudad con mayor variedad de sabores, casi medio centenar a los que cada año suman nuevos sabores. Con respecto a las preferencias de los habitantes y visitantes de Ourense, los más demandados son los helados de sabores más tradicionales como el chocolate o la vainilla, pero también irrumpen con fuerza algunas novedades que recuerdan a otros dulces como el de Oreo, Kinder Bueno, Nocilla, Brownie o Ferrero Roché.

Las heladerías de la ciudad también se transforman para evolucionar con los tiempos, como en el caso de La Central Heladera, un establecimiento que pronto cumplirá su primer año de vida y que realiza repartos de helado 100% artesano a domicilio. Este local también ofrece helados veganos, es decir, que no contienen ingredientes de procedencia animal. Otro de los temas más destacados de las actuales heladerías ourensanas es que tienen en cuenta los posibles problemas de salud de su público ofreciendo productos sin gluten, sin azúcar o sin lactosa, que sean aptos para todo tipo de personas. Además, en cuanto a los ingredientes empleados, al utilizarse productos naturales y de calidad, el público suele valorarlo por encima de otros aspectos como el precio.

“Aunque algo menos, vendemos helados hasta en invierno, sobre todo en tarrinas para llevar” destaca Noe, dependienta de La Central Heladera. Por todo esto, es inevitable que la suma Ourense y el verano tenga como resultado el consumo de helados. Con una amplia variedad y una calidad destacable, la oferta de las heladerías en la ciudad siempre debe mantenerse atenta para satisfacer los paladares más exquisitos.

Recurriendo a los datos, este tipo de alimento se ha convertido en el tentempié favorito durante los meses estivales. Así lo afirma la última encuesta realizada por la marca Frigo de Univeler. El Primer Estudio Frigo de Hábitos de Consumo de Helados en España constata que un 29% de los encuestados reconoce comer este alimento veraniego más de tres veces a la semana, un 25% dos veces y un 16% una vez al menos semanalmente. También supone un buen recurso para el consumo entre horas. Los jóvenes son quienes más comen helado como picoteo, siendo un 66% de ellos.

Para gustos no hay sabores, y es que un 38% de la poblacoión afirma que el chocolate es su sabor favorito. Le sigue la vainilla con un 21% y el sabor de nata y limón con un 10%.