En siete años, Emilio Ortega y su mujer Esperanza Barge han encontrado cuatro veces el aerostato del San Roque celanovés

El hombre ‘cazaglobos’ reside en Zarracós

Emilio Ortega (hijo), Emilio Ortega Casas y Esperanza Barge posan con la estructura del globo. (Foto: Xesús Fariñas)
Unos prismáticos, una linterna, una garrafa de agua y un extintor, por si la situación se complica, componen el maletero del coche de Emilio Ortega Casas. Después de siete años, cuatro con éxito, este vecino de Zarracós (Concello de A Merca) se ha convertido en un experto en encontrar el globo aerostático que la villa de San Rosendo lanza en la noche del 15 de agosto para celebrar las fiestas del San Roque.
‘A primeira vez foi de casualidade, o vimos de camiño a casa dende Celanova e o seguimos ata Mandrás’, asegura su mujer, Esperanza Barge, quien confiesa que ‘agora está obsesionado. O sábado das festas, as doce da noite, deixoume plantada no baile da charanga As Neves nas festas do pobo para ir a Celanova a buscar o globo’. Tardó 50 minutos en volver. Tiempo suficiente para visualizar el trayecto que el aerostato realizó desde la Praza Maior hasta el núcleo celanovés de Caseta de Ansemil. ‘Casualmente foi parar a viña dun amigo meu’, apuntaba Ortega Casas.

En Zarracós, municipio donde reside este ferrallista jubilado, los vecinos ya le conocen como ‘o home do globo’ y bromean cada mes de agosto sobre las posibilidades que tiene de volver a encontrarlo. ‘Para mín e unha distracción, toda unha aventura que remata ao velo baixar, cun espectacular estruendo, a poucos metros de ti’, describe Ortega Casas. El premio, un fin de semana en una casa de turismo rural de la comarca, es lo de menos para la familia Ortega Barge. ‘Temos o vale do 2008 na casa sin utilizar’, señala su esposa, quien matizaba que ‘este ano sí que o imos utilizar’.

Anuncio de las fiestas

Con unas dimensiones de más de 12 metros de alto por 10 de diámetros en su circunferencia más grande y dos en la boca, el globo celanovés ‘parece un coloso surcando os ceos da vila’, describe Ortega Casas, quien explica que, el destino final del globo depende de las condiciones atmosféricas y de las posibles corrientes de aire que pueda coger, dependiendo de la altura. ‘Máis dunha vez o globo chegou ata Portugal e, fai tres anos, estando en Corbillón o vin pasar como unha estrela fugaz. Daquelas foi ata a Ribeira Sacra’, relata. Experto en el tema, Emilio Ortega asegura que ‘polo xeral o globo ten unha mecha para estar entre 30 e 40 minutos no aire. Despois cae o chan’, apuntaba a la vez que anima a los celanoveses a seguir la pista. ‘¡Non vou chegar eu sempre primeiro!’, matizaba.

Más de 160 años de historia

En julio de 1845, la Corporación municipal celanovesa aprobó una relación de gastos de la denominada ‘función do San Roque’, entre los que se contemplaba la adquisición de diversos productos como ‘estraza, lienzo, aceite o papel, entre otros’ para la confección del globo. Desde entonces, esos mismos documentos, han confirmado de forma casi ininterrumpida, el lanzamiento del globo aerostático del San Roque. Una tradición que sólo se mantiene en Betanzos (A Coruña).

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