Jacqueline Fernández lleva 20 años en Lanzarote y es una entusiasta embajadora de la Festa do Pulpo y del termalismo de Ourense en las islas.
¿Por qué se marchó a Lanzarote?
Mi marido aquí no tenía trabajo fijo y queríamos buscar algo mejor, probar suerte. Primero nos fuimos a Fuerteventura porque allí trabajaba una empresa gallega de la construcción y se ganaba bastante.
Después de 20 años ¿piensa ahora en regresar?
Siempre, la morriña está ahí, sobre todo por la familia, pero allá he conocido a muy buena gente y nos adaptamos bien. Mi hija mayor ya está viviendo aquí pero el niño, que tiene 16 años, quiere hacer allá la carrera.
¿Viene a menudo?
Vengo hasta tres veces al año. Vivo entre Carballiño y Lanzarote.
¿Hay mucha diferencia en la forma de vida?
En algunas cosas, por ejemplo la sanidad allá está mal. Hay mucho emigrante de distintas nacionalidades y eso lo complica bastante.
¿Y la gente?
La gente de Lanzarote, los conejeros, es gente maravillosa, pero aquí mis hijos disfrutan y no tengo que preocuparme donde están, aquí me siento segura. Allá, mi hijo de noche no puede salir porque con 16 años ya le han robado dos veces.
¿Qué hace cuando está aquí?
Me gusta la Festa do Pulpo, de hecho en Lanzarote ya la conocen gracias a Ángel Vázquez, un concejal del Cabildo que es de Carballiño y que impulsó la promoción en la isla. Han ido de aquí políticos y empresarios con las pulpeiras. Además, para mí también es una cita obligada la Chavasqueira y el Monasterio de Oseira, en el que siempre que lo visito descubro algo nuevo.
¿Qué opinan los isleños de Ourense?
Les encanta Galicia y cuando me preguntan qué sitios pueden visitar les hablo de Ourense y del termalismo. Conocen Santiago o la Praia das Catedrais, así que yo les hablo de las termas de Ourense y siempre acaban aquí el viaje.
