La Istoria no conoce la crisis

 El desfile que abre el festejo fue seguido por miles de personas, desde el pabellón polideportivo hasta la Plaza Mayor de Ribadavia. (Foto: Miguel Ángel)
El programa de la vigesimosegunda fiesta de recreación medieval de Ribadavia llamó a la diversión a miles de personas
La capital de la comarca de O Ribeiro se transformó ayer en una villa medieval con la vigesimosegunda edición de la ‘Festa da Istoria’, un evento declarado de interés turístico nacional que desde la noche del viernes congregó a miles de personas en busca de diversión. Los maravedís circularon durante toda la jornada, ya que como se encargó de destacar el pregonero, el historiador José Manuel Gómez, ‘el reino de Ribadavia no está en crisis’.

Un leonés llegado de Órbigo con una buena pieza de cecina y que coordina en esa localidad ‘Las Justas del Paso Honroso’, otra celebración que rememora en junio torneos de la época de Don Quijote y que está hermanada con la Istoria desde hace tres lustros. Una prueba de la afluencia de visitantes fue que el aparcamiento de la Alameda estaba a punto de colgar el cartel de ‘completo’, al igual que los estacionamientos habilitados por la organización en O Xestal y en la plaza del Instituto. El fuerte calor marcó el desfile que abre el festejo, con abundante amenización musical de gaiteros y los ruidosos tamborileros de Quintela do Pando, de Viana do Bolo. En la comitiva de reyes, nobles, obispos y villanos, se vieron caras conocidas como la del alcalde, Marcos Blanco, y de ex concejales como Luisa Escudero y Xabier Carreira.

Escenas Además, la sorpresa del cambio a peregrino del Xacobeo de José Ramón Estévez, del Centro de Estudios Medievales, que durante 15 años presidía como rabino la Boda Judía. Ésta fue oficiada por su sustituto, Tomás Gómez, en una abarrotada iglesia de A Madalena a las 13.30 horas, mientras en la plaza colindante un grupo de percusión animaba un multitudinario ‘botellón’, protagonizado por jóvenes que todavía se mantenían en pie a pesar de una larga jornada repleta de alcohol. Una escena que se repetía en otras zonas del cas co histórico, y que desgraciadamente perjudica la imagen de un festejo internacional.

En este sentido, miembros de la Coordinadora da Istoria apuntaron la posibilidad de que, ‘en futuras edicións, se trasladen os grupos de animación ata A Beronza, e alí a xente que queira beber poida facelo sen molestar’. La nota más positiva este año fue el incremento de las personas que acudieron vestidas de época, aunque un par de ‘escoceses’ y un grupo de ‘romanos’ desentonaban con la Edad Media.

Como los asistentes que acuden con zapatillas de deporte, relojes, gafas de sol o el teléfono móvil colgado del cuello. Las actividades para el público infantil, las exhibiciones de cetrería, esgrima y tiro con arco, además del torneo medieval, también congregaron a numeroso público en la Alameda, el Castillo y campo de O Xestal, respectivamente, a lo largo de la tarde de ayer.

Puestos


Los puestos instalados en el casco histórico -en los que la única moneda es el maravedísaciaron el hambre y la sed de los vecinos y visitantes que recurrieron masivamente para comer empanada, tortilla, pulpo, churrasco, dulces y otras viandas, y a beber agua, vino, refrescos y licores. La jornada se cerró con la representación teatral de ‘O Malsín’ y la tradicional cena en A Madalena, a la que asistió un centenar de comensales. Las altas temperaturas motivaron a que decenas de personas se bañasen en el río Avia, en las áreas de A Beronza y A Foz.

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