Lilián Gómez: “Ourense me recuerda a mi tierra, Mérida, naturaleza y mucha gente buena”

Hace 16 años que Lilian Gómez escogió Ourense como punto de partida para recorrer los 106 kilómetros que separan la ciudad de As Burgas de Compostela. Una experiencia vital llena de anécdotas y recuerdos que, con el paso de los años, ha ido incrementando con sus viajes a la provincia. Un lugar en el que no cuenta con vínculos familiares, pero sí grandes amistades que le brindan la oportunidad de pasar unos días de desconexión en A Manchica (A Merca). ¿Qué le trae por Ourense? Soy venezolana, pero actualmente estoy residiendo en Madrid, y vengo a visitar a mi amiga a La Manchica, en A Merca. Tiene una casa de campo, con su pequeño cultivo, y me encanta. Ya he venido en varias ocasiones. Me gusta mucho pasar unos días con ella, pasear. De repente nos vamos a la playa que está muy cerquita o a las termas, en esta ocasión a las de Ribadavia, para después poder conocer la ciudad. Hoy está en Celanova, ¿aprovecha para hacer turismo? Sí, me encanta toda la piedra, todos los monumentos, especialmente los religiosos, como este de Celanova que tenemos ahí detrás. ¿Qué es lo que más le gusta de Ourense? Yo resido en la ciudad de Madrid: coches, mucho bullicio… Aquí es una zona más campera, más tranquila. Lo recomiendo a todos para venirse de vacaciones, para tomarse un café, para disfrutar de la gastronomía… De la ciudad de Ourense me encanta el paseo que tienen y, esa subidita hacia Santiago, aunque cueste, es histórica porque por allí han pasado muchos peregrinos. La parte religiosa me gusta mucho. Y, ciertamente, también el clima y la gente, maravillosa. “Falan galego”, pero se les puede entender perfectamente (risas). ¿A qué se dedica? En estos momentos estoy en temas de voluntariado, como educadora social. Acogemos a familias que vienen de Ucrania. Es un trabajo difícil, pero muy gratificante. Es una experiencia muy buena. No tiene vínculos familiares, pero, ¿se ve viviendo aquí? No tendría problema. Busco la paz y este es un lugar maravilloso. Me encantaría, además me recuerda a mi tierra, Mérida, con mucha naturaleza y mucha gente buena.