Vacaciones en el Miño (11 de agosto)

Mirar atrás: espaldas y Rock Club

OURENSE. 10.08.2015. PAGINAS ESPECIAL VERANO, CRISTINA CARRO. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Exterior de la clínica Fisiovida, en la calle Doctor Fléming.

Si aún no se han ido de vacaciones y están reventaítos; si ya están de vacaciones pero salen los lunes;.... un buen masaje terapéutico

Parada con pincho

Mirar atrás: espaldas y Rock Club

Si aún no se han ido de vacaciones y están reventaítos; si ya están de vacaciones pero salen los lunes; si están en paro y esta situación les estresa o si, simplemente, la vida les pesa en la espalda, este es su plan para hoy: un buen masaje terapéutico que les deje como nuevos y listos para encarar el resto de sus vidas.
OURENSE. 10.08.2015. PAGINAS ESPECIAL VERANO, CRISTINA CARRO. FOTO: MIGUEL ANGELYo fui el viernes pasado a una clínica que hay en Doctor Flemming (cerca de lo que fue – ¡oh, juventud; oh, cualquier tiempo pasado fue mejor! – el “Rock Club”): tenía una lesión en la espalda, el dolor me estaba empezando a agriar el carácter (este carácter mío dulce y reposado como una flor en el rocío de la mañana) y ya no soportaba estar sentada al ordenador.


La fisio me preguntó, me tumbó, me comprobó, me puso de lado, me estiró, me aplastó, me ordenó poner los brazos en una postura extraña y, de repente, metiendo sus brazos entre los míos, me hizo algo raro –que solo puedo describir como una llave ninja secreta –y toda mi espalda hizo click-clack-click-clack-click y me quedé como nueva. Eso no es una fisio, es una maga. Que menos mal que la tal maga, Nuria, es una chica muy dulce que te sonríe todo el rato porque, si con esa fuerza que tiene en los brazos, te da una hostia a mano abierta, no lo cuentas. Para acabar, me puso unos barros que huelen a una mezcla de plastilina y gato mojado que me hicieron ver a Buda (o a cualquier ser inventado que medite y sonría).


OURENSE. 10.08.2015. PAGINAS ESPECIAL VERANO, CRISTINA CARRO. FOTO: MIGUEL ANGELTotal, que les recomiendo ir allí. Luego van a un sitio que hay enfrente, el Amaranto, en el que, por un eurito, ponen un corto y un pincho, se lo toman, salen, pasan delante de lo que fue el Rock Club y lloran por un pasado que no volverá.

Mira Ourense

Toda una vida

OURENSE. 10.08.2015. PAGINAS ESPECIAL VERANO, CRISTINA CARRO. FOTO: MIGUEL ANGEL¿Cuánto tiempo lleva abierto este negocio, con el mismo nombre, siempre con gente y en unas galerías donde, casi todos los demás, han ido cerrando?
Veamos, mis primeros recuerdos de este sitio son de los 11 años, cuando empezaba a salir por la tarde y, como toda mi generación, iba al Parque de San Lázaro a comer pipas. ¿Dónde comprábamos las pipas? En “Croissant”. Luego vinieron los recreos de B.U.P en los que, como éramos súper mayores, ya podíamos salir del patio del colegio y usar nuestra media hora de libertad para pasear y comer algún producto lleno de grasas saturadas. ¿Dónde comprábamos estos productos? En “Croissant”. Más tarde llegaron los primeros errores de medida en la relación “hora de volver a casa-cantidad de licor de melocotón en sangre”. ¿Dónde estaba la máquina de café que resolvía estos desaguisados? En “Croissant”. Así, siguiendo con el ciclo de la vida, si tuviera un hijo, tendría que bautizarlo en la fuente del parque y hacer el convite – ¿dónde? – en “Croissant”.

Dulce hogar

Saber y silbar

soundhound_resultPor hablarles de listas de spotify, me he pasado tres días tarareando “Come on Eileen” y, por contagio, oyendo cómo la gente a mi alrededor la tarareaba también a la vez que, al darse cuenta, me pedían, por favor y por dios, que parara de una vez. De tanto tararear y maldecir, acabamos hablando de las aplicaciones que reconocen música.
La mayoría reconocen una canción cuando se la pones. Meh, no me impresiona: datos, búsqueda, coincidencia y sanseacabó. Pero la que sí me dejó loca (y les invito a bajarse porque es un juguete de esos que hacen no querer salir del dulce hogar) es Sound Hound: ¡reconoce las canciones silbadas o tarareadas!, ¡qué desmelene!


¿Qué tiene esto de interesante? Imagínese: un buen día, se levantan con una melodía en la cabeza y creen que la acaban de componer: pues pueden ir a silbársela a Sound Hound y saber si realmente es suya (yo, en el organillo que me habían regalado por la Comunión, había compuesto una canción, increíble para mis once años, que, finalmente, resultó ser “Sweet Dreams” de Eurythmics: con Sound Hound nos hubiéramos ahorrado la alegría y posterior decepción de pensar que yo era una niña prodigio). 
También sirve para la prueba de Saber y Ganar en la que ponen tres canciones a la vez y hay que reconocerlas. A veces las distingo pero, al ser música clásica que conozco de anuncios, no sé sus nombres y no puedo gritarle a la tele la respuesta correcta y sentirme más lista que los concursantes. Ahora podré: ¿ven por qué Sound Hound es la pera?

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