Para sus habitantes fueron una "pequeña ciudad" donde hacían vida. Pasear por estos edificios es hacerlo por siglos de historia
El reloj se ha parado hace tiempo en estos lugares cargados de espiritualidad e historia. Para sus habitantes fueron una "pequeña ciudad" donde hacían vida. Pasear entre las columnas de estos monasterios es hacerlo por siglos de historia. Imaginarse la vida solitaria que los monjes llevaban en estos espacios es posible en estas joyas arquitectónicas que alberga la provincia.
>Monasterio de Melón
Fue fundado en 1158 y habitado hasta el año 1835, cuando tuvo lugar la desamortización. Las ruinas de dos claustros y parte del antiguo muro principal dotan de una belleza singular a este complejo cisterciense de Melón. El conjunto fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931 y actualmente está considerado como BIC (Bien de Interés Cultural).
>Monasterio de San Clodio
Convertido hoy en Hotel Monumento, el monasterio de San Clodio, en Leiro, perteneció a los monjes 
negros de la orden de San Benito. Estos religiosos fueron los encargados de expandir el cultivo de la vid por toda la zona. Muestra de la importancia de esta actividad es la Divina Reliquia, una cruz de Caravaca que era amuleto de los vecinos para librar las viñas del granizo y que actualmente se conserva en la fachada del monasterio. Una iglesia gótica en honor a Santa María también forma parte del patrimonio cultural que esconde el conjunto.
>Monasterio de Santa Clara
La fuente circular de Ferro Caaveiro preside el Real Monasterio de Santa Clara, en Allariz. El conjunto monumental fue fundado en 1268 por la esposa de Alfonso X el Sabio, la reina Violante. Un incendio marca la historia del monasterio, que tuvo que ser reconstruido a finales del siglo XVIII. En el interior destaca el Museo de Arte Sacro, que conserva dos joyas únicas: la Cruz de Cristal de Roca y la Virgen de Abridieira. De visita obligada también es la Iglesia barroca de San Benito, que se ubica al lado del convento.
>Monasterio de Santa Cristina
De belleza imponente, y en un entorno privilegiado, es uno de los de visita obligada en la ruta de monasterios de la Ribeira Sacra. El monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil está escondido en un frondoso bosque de castaños a orillas del Sil. Existen rutas de senderismo en los alrededores, que completan la magia de esta joya del románico gallego, declarado Bien de Interés Cultural.
>Monasterio de Oseira
Le llaman el "Escorial Gallego" y es una de las joyas arquitectónicas más importantes de Galicia. La 
habitaban cuatro monjes en sus orígenes y pasó de la prosperidad económica al ocaso, con diversas transformaciones en sus ocho siglos de historia. Ubicado en el municipio de San Cristóbal de Cea, el monasterio de Oseira conserva el Lapidarium o Museo da Pedra, una colección lápidas, capiteles y oreos elementos decorativos.
