La imagen del santo discurrió en procesión por las calles de la villa en el día grande de las celebraciones patronales
Celanova despidió ayer cuatro intensos días de celebraciones en honor a San Roque con una magnífica respuesta de visitantes, tanto por el día como por la noche, donde las actuaciones programadas por la comisión de fiestas dejaron muy buen sabor de boca entre los asistentes. "La valoración de las fiestas es muy positiva, durante todo el mes de agosto se ha notado más movimiento de gente que el año pasado", reconocía el alcalde, José Luis Ferro, que destacó también la ausencia de incidentes más allá del incremento de la labor de los operarios de limpieza por los botellones concentrados en la parte trasera del Monasterio.
En el día grande de San Roque, la villa amaneció igual que el tiempo, solitaria. Pero según se disipaba la niebla, los vecinos fueron apareciendo en las terrazas y en los actos religiosos organizados en honor al santo. Tras la procesión y misa solemne, la Alameda volvió a albergar la sesión vermú a cargo de la Banda de Celanova. Mientras que al caer la tarde, la orquesta Graffiti y el grupo Master animaron la verbena que, a medianoche, se vio interrumpido por el espectáculo de fuegos artificiales.
