Hugo Rodríguez vive en el País Vasco, pero cada verano tiene marcado en su calendario el mismo viaje: pasar una temporada en Pedroso (Riós), donde están sus raíces. Allí se reencuentra con sus seres queridos y con su lugar de paz.
¿Viene todos los años a Pedroso?
Sí, es una visita obligatoria, especialmente en verano. Tengo aquí a toda mi familia y a muchos amigos. No podemos vernos todas las veces que quisiéramos, por eso aprovecho cada ocasión para venir. Lo que se siente aquí en el pueblo es una sensación inexplicable.
¿Qué es lo que más le gusta?
El Foxo do Lobo de Pedroso. Además de que el paisaje es espectacular y para llegar caminas por unos senderos en los que reina la paz, pienso que me gusta tanto porque todos los años hacemos una ruta entre todas las familias y que acabamos allí en el Foxo do Lobo. Es que ya es una tradición.
¿Y la mayor ventaja del rural?
Al venir aquí de vacaciones, lo que más admiro del rural es que aquí no tienes que preocuparte de nada. Yo en Pedroso estoy totalmente a mi aire, me relajo muchísimo y desconecto de la ciudad.
¿Qué diferencias encuentra de Bilbao a Pedroso?
En una ciudad tienes que estar pendiente de todo, mientras que en el pueblo tienes mucha más libertad. La tranquilidad que tienes en el pueblo no la consigues en la ciudad, que todo es alboroto y prisas.
¿Viviría en el rural?
Por el momento no, me encanta venir a Pedroso, pero tengo mi rutina en Basurto. Eso sí, cuando me jubile no me importaría vivir en el rural.
Tendrá miles de recuerdos…
Y tanto… Todos son buenos momentos y recuerdos aquí en Pedroso. Las fiestas, las comidas, las tardes de río, incluso esos días que nos da por convertirnos en exploradores… (ríe), nos ponemos a investigar nuevos rincones y siempre te acaban sorprendiendo. Es que esta zona es un sitio mágico.
¿Un lugar de visita obligatoria por la zona?
A Casa das Grallas. Es una ruta para conocer una cueva espectacular en la Serra da Urdiñeira. Mucha gente también la conoce como Covas das Choias.
