XORNAL ESCOLAR

Un paraíso devastado

Baltar-Cualedro. 4-09-2015. Visita del presidente Núñez Feijo al área quemada en el incendio de Cualedro. Paz
photo_camera El pasado 30 de agosto se calcinaron 3.100 hectáreas en A Serra do Larouco.

Explicamos la preocupación de la población de Cualedro ante el cambio radical de su paisaje

Verano tras verano la historia se repite, la lacra de los incendios forestales castiga a Galicia sin contemplaciones. Son miles las hectáreas que se queman ante nuestros ojos ofreciéndonos un paisaje triste y desolador. Parece que los mensajes de concienciación no calan en la mente de aquellos que disfrutan quemando nuestros montes. 

SIERRA DE LAROUCO

El pasado agosto el fuego se cebó especialmente con Cualedro, más de 3.000 hectáreas fueron arrasadas en el mayor incendio forestal de Galicia. Una zona “rica” en historia quedó reducida a cenizas, allí donde se rendía culto al dios prerromano Larouco ahora solamente se ve la negrura a la que dio paso el fuego devastador.

Y es que no estamos hablando de cualquier montaña, estamos hablando de una montaña ibérica sagrada que en tiempos pasados la población del lugar la consideraba como un dios en sí mismo. Este dios, el dios Larouco, era identificado con el mismísimo Júpiter romano.
Sorprenden también en esta sierra las impresionantes formaciones graníticas como Pena da Muller que salta a la vista por su forma antropomórfica de mujer con rasgos picassianos.

Muy cerca se encuentra un ejemplar único en la comarca, el Pozo dos Mouros;  se trata de un “neveiro”, una construcción para conservar la nieve o el hielo de forma natural. Con una profundidad de 3 metros esta estructura estaba destinada a almacenar el mayor tiempo posible la nieve de Larouco para abastecer de hielo en el verano a la corte de los condes de Monterrei que era a quien pertenecía.

Y hay más, a los pies de la sierra se encuentra el castro de Saceda, un yacimiento arqueológico importantísimo que tiene la categoría de Bien de Interés Cultural y que por suerte consiguió librarse de ser arrasado por las llamas.

LUCENZA

En Lucenza, la zona cero del macroincendio, las vistas han cambiado considerablemente; contemplar la sierra desde lo alto, sentado en su ya famoso banco de piedra, impacta pues solamente se ven kilómetros y kilómetros de monte calcinado lo que lo convierte en “la vista más triste del mundo”.

 Pero los habitantes de esta sierra no van a consentir que éste sea un incendio más que queda en el olvido, por eso los vecinos de la parroquia han creado el colectivo ”Non máis lumes no concello de Cualedro”. Reunidos recientemente en “el banco más triste del mundo” reivindicaron la urgencia de la recuperación medioambiental de la zona para evitar la erosión y el arrastre de las cenizas que provocará la lluvia y que inevitablemente traerá consigo la contaminación de las aguas.  

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