La LEB Oro empezó fiel a su estilo y varios 'gallitos' salieron desplumados de inicio
Pueden cambiar los equipos y los pabellones. Eso es lo de menos. También los jugadores. Cuestión de la edad. Pero lo que no cambia en la LEB Oro, que también va modificando la denominación, es su pasmosa facilidad para convertir en rutina los resultados inesperados. Aquí no hay sorpresas. En esta liga las apuestas son siempre interesantes.
Que se lo digan al Melilla. Quizá estén pensando más en cuando suena el telefóno para decirle como acceder a la Liga ACB o en averiguar qué tiene exactamente Suka-Umu que le impide regresar a las pistas pero la verdad es que el Marín debutó en la Liga sacándolos del campo durante 30 minutos. El final solo maquilló.
O el Burgos, que parte como favorito a todo pero cayó en casa ante un Lleida que no presume de nada. Y el Araberri. Al que lo bautizó en la LEB Oro el Castellón con un 0-11 pero acabó ganando. El primer partido en Mendizorroza, el visitante llevaba en las camisetas como patrocinador TAU Cerámica. Lo dicho, cosas de la edad.
Una jornada inicial en la que los aficionados pusieron el grito en el cielo para ver los partidos reclamando en las redes sociales que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. La FEB promete soluciones inmediatas y lo bueno es que solo quedan cuatro días para comprobarlo.
La LEB Oro ya está en marcha. Quién sabe como acabará y si los que acaben primeros ascenderán y los últimos bajarán a la LEB Plata. Lo único seguro es que por el camino la banca saltará por los aires día sí y día también.
