El COB busca llenar la maleta con un triunfo

Turner y Peter-McNeilly, durante un entrenamiento en el Pazo.
photo_camera Turner y Peter-McNeilly, durante un entrenamiento en el Pazo.
El COB, con la duda de Ivica Radic, visita al Melilla con el objetivo de frenar la sangría como visitante y dar un paso más en la pelea por los play off

Intentar que el cartel que indica “saliendo de Ourense” deje de ser una pesadilla. Eso es lo que quiere el COB y el cobismo. Dar la talla como visitante se ha convertido en la principal asignatura pendiente de un equipo muy aplicado en casa. La parada, en esta ocasión, es Melilla. Lejos de los galones y el potencial de los últimos rivales (Burgos, Coruña, Estudiantes), pero conjunto peligroso y en buena línea gracias a los cambios en su plantel. Que la versión del Pazo se traslade unos cuantos cientos de kilómetros de distancia es la misión de los de Félix Alonso, que llegan con confianza pese a las piedras del camino.

Y es que como no hay una semana tranquila por el Pazo esta temporada, los problemas físicos se vuelven a cruzar en el camino de un equipo  que parece destinado a vivir en permanente estado de susto. En este caso, la espalda de Radic le impidió entrenar durante la semana y es seria duda para jugar en el Javier Imbroda. Los demás, salvo gafe de última hora, disponibles.

Evitar los momentos de desconexión decisivos repetidos con la camiseta amarilla puesta es, más que una intención, un dogma para jugadores y cuerpo técnico, preguntes a quién preguntes. La teoría está dominada, falta “clavar” la práctica. Para ello Turner debe ser Turner con continuidad y Kacinas, aunque no sea con la perfección del pasado viernes, debe parecerse a ese jugador. Si Radic no llega, Gill tendrá que dar uno o dos pasos adelante por necesidad y voluntad y recordar a aquel muro infranqueable que floreció en el duelo en Menorca. 

Nombres

Y, como las películas no solo funcionan con protagonistas, cualquier secundario que se ofrezca será bien recibido. Así, Jawara tendrá que superar en lectura y conocimiento a sus pares y los bases tendrán que hacerle la vida incómoda a un Alvarado que dirige el juego del Melilla de forma total y absoluta.

El excobista es uno de los peligros de un rival que, dirigido por Rafa Moclova, se ha ido reformando sobre la marcha. Y sin contemplaciones. Alguna incorporación ni se aprendió los nombres de los compañeros. En esa nómina de llegadas están los experimentados Hearst o Delas, aportando. Aunque el nombre propio ya estaba y ya jugó en el Pazo. Parker Van Dyke lideró a los suyos en aquel triunfo con 16 puntos. Y ahora está mucho mejor. Un peligro a controlar.

Un Melilla que cree más en sí mismo y que también se está animando, y con hechos, a fijar su vista en la parte media-alta de la clasificación sin mirar tanto por el retrovisor, dentro de la igualdad que hay por esa zona por la que también transita el conjunto ourensano.

Porque el COB sabe lo que tiene que hacer para sacar una victoria que sume en el casillero y reste el peso de una mochila como visitante que afecta al cuerpo y, sobre todo, a la mente. Ocasión de oro para darle la vuelta a la tortilla y conseguir que, por fin, un viaje de vuelta a Ourense sea feliz y con un triunfo en el equipaje que eleve sus ansias de ambición.

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