Cartas al director

No confundamos enamoramiento con cumplir la ley

El enamorado Pedro Sánchez de su esposa Begoña, que ya para empezar comete la “torpeza” o quizás es que se lo toma en serio, ponerse el papel de primera dama, el cual no le corresponde. Pero son simplemente los aires de grandeza de quien desde baja cuna, alcanza la cima de llegar a gobernar un país.

Pero esta actitud de niño enfadado, de dejar un país unos días, e irse para su casa enfadado cual mártir, ¿es adecuada en un desastroso momento político, económico, sanitario... como el que estamos viendo?

De sobra sabemos que este paripé no es más que una patraña para llamar la atención y, aquí lo tendremos de vuelta, como presidente de un gobierno que dejó tirado a un país, para irse a reflexionar. No pensó lo mismo el del bando contrario, cuando también acusaron a su mujer.

Quizás su amada esposa tenga algo que ver con lo que se le acusa. Pues cuando fue al contrario, ni se inmutaron. Dicen que quien se ofende es porque algo esconde.

O por otro lado, quizás haya la posibilidad de que el fango ya le está llegando hasta arriba y decidió dar esa imagen de victimismo para que le rogaran que no se fuera.

Fuera como fuese: primero, esa no es una actitud de un presidente de un país, sino de un niño de patio de colegio. Segundo, si esta señora no tiene nada que ocultar, ¿para que tanto circo?

Bueno es recordar, que la justicia es igual para todos.