Una vez bajada la persiana del verano y ha subido la del otoño-invierno, y con ella dar paso al fútbol y fútbol sala aficionado y de base, ese que tanto hace gozar a niños y adolescentes, pero también a aquellos adultos que por unas razones u otras se ha quedado en el fútbol regional y aficionado . Este año, por desgracia, este escenario es de momento inviable, porque el covid también ha contagiado al futbol y fútbol sala amateur y de base.
Hay una situación sanitaria grave que todos sabemos cuál es. Aunque muchos dirigentes de nuestros clubs, así como de padres y los niños, tienen y tenemos muchas ganas de que las competiciones comiencen, pero todos queremos hacerlo con las máximas garantías, y al día de hoy, viendo la situación que vivimos, no tiene mucho sentido jugar partidos. Lo decía un presidente de un club con más de 200 jugadores.
Desde el estallido de esta pandemia, hay miles de jugadores que se han quedado sin jugar sus respectivas competiciones. La previsión, bajo mi punto de vista y no quiero ser pájaro de mal agüero, no creo que comiencen las competiciones, y ya veremos cuales, hasta el primer trimestre del próximo año. Equipos, padres y jugadores viven en la incertidumbre del virus, el miedo a contagiarse y choca con la ilusión por volver a competir. Esto todo nos lleva a un laberinto de emociones de difícil salida y solución. Tenemos ganas de jugar partidos, pero también tenemos miedo de juntarnos y contagiarnos. Es mejor entrenar, como ya están haciendo varios equipos, pero siempre dentro de los protocolos establecidos y esperar a poder jugar las competiciones.
Los entrenamientos nos siguen dando vida futbolera, aunque bien es cierto que al no competir, diluye poco a poconuestras ansias de fútbol. Ahora toca, y debe ser el objetivo, formar y preparar a los niños y que puedan divertirse entrenando al fútbol y no perderlos para otros deportes, por supuesto sin menosprecio hacia ninguno de ellos. Lógicamente costará un poco más a todos cuando llegue el frío, pero los protocolos debemos cumplirlos, de esta forma los contagios en el fútbol y fútbol sala, serán prácticamente inexistentes, pero aún así debemos esperar por la autorización de la Consellería de Sanidade y de la Federación, aunque estoy echando mucho de menos un protocolo específico para el fútbol gallego.
De momento, debemos ser optimistas, pero hay que tomarlo con resignación. Aunque bien es cierto que el golpe económico para los clubs es y será un hándicap importantísimo. Muchos entrenadores se han quedado, o quedan, sin un ingreso extra; los clubs pierden patrocinadores, sin socios, sin público, sin cantina, sin poder vender rifas y no cobran las cuotas de abonos a los padres, por tener a sus hijos entrenando; la caída de ingresos en las tiendas de deportes y un largo etc. Realmente es un agujero importante para la economía de los clubs, también es verdad que los gastos son mucho menos al estar todo parado. Todos esperamos que la RFGF haga un esfuerzo y sea benévola con los clubs que tienen deudas pendientes, fraccionándoles sus pagos.
Tenemos y debemos ser optimistas, más pronto que tarde, el gol se lo meteremos nosotros a la pandemia. Lo que sí debemos luchar es por salvar el fútbol y fútbol sala, aficionado y de base.
Mucho animo a todos.
