Zombis que buscan publicidad

Ahora se acerca el verano, con sus calores y sus modas dictadas y acatadas a rajatabla por los mismos: los que las "crean" y los/las que los creen. Ocurre durante todo el año realmente. Se visten mucho o poco según la estación (ni la de San Francisco ni la del Empalme) y como les da la gana, tanto a los "creadores" como a los ejecutores. Y llegamos al extremo de que aquí en Ourense -ustedes "pásmense"- ocurre lo que en Ribadeo, que lo que no es hermoso es feo, al contrario que en Toboso, que lo que no es feo es hermoso.

Así pues en ciertas épocas del año van con ropas destrozadas, unas más y otras menos, convirtiendo lo feo en hermoso... o lo hermoso en feo... bueno, no sé, pregunten a las gentes propietarias o a los modistos causantes de los destrozos, que es más fiable, pues yo todavía ni soy novato.

En otros momentos del año -no importa cual- no existen los destrozos, porque escasean las ropas. Es como si quisieras derribar la casa de "Alguien" y se la echas abajo, pero la casa esa sigue en pie, porque aunque está ahí y la ves, no tiene nada que destrizar, por la simple razón de que el amigo "Alguien", hace tiempo que no tiene casa: El sentido de la belleza y de la moral, de lo hermoso, del buen gusto; que eran los cimientos del edificio, desapareció.

Esto es lo que me trae al pensamiento el principio del salmo 83: "¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo". Creo yo, al ver tanto zombi suelto por ahí, durante todo el año, que en realidad van buscando la felicidad. Y no la encuentran; porque ignoran totalmente que ellas mismas pudieran ser la casa del Señor, si no hubieran perdido el sentido de la belleza, la moral, etc. Es en la casa del Señor, ese "Alguien" de belleza y felicidad eternas, infinitas y sin asomo de esclavitud donde está lo que ellos y nosotros todos buscamos.