Cándido Paniagua Pousa es autor del libro "48 horas", que llegaba el pasado mes de junio a las librerías y en el que, a través de una trama de misterio, da a conocer algunas de las características y, sobre todo, leyendas que giran en torno a las torres de A Limia.
¿En qué consiste esta nueva obra suya?
Es un libro juvenil, dirigido a chicos de entre 13 y 17 años. Los protagonistas son un grupo de jóvenes, uno de los cuales desaparece de repente, y sus compañeros lo tienen que encontrar, al tiempo que descubren la historia de las torres de A Limia, que esconden una serie de pistas para localizar a esa persona desaparecida.
¿Cómo se produce esa conexión entre las torres de A Limia y la trama?
El hecho es que este grupo de chicos realiza un documental sobre esas cuatro torres defensivas, explicando como en una de ellas estuvo Fernando II, en otra el Duque de Lancaster... El encargado de grabar el documental es el chico que desaparece al principio del relato, y ha dejado una serie de pistas a lo largo de la película, relacionadas con las torres y sus leyendas, para ser reencontrado.
¿Es la primera vez que escribe un relato con la comarca de A Limia como marco?
Lo cierto es que nunca había escrito nada sobre mi tierra y me preguntaban que por qué no hacía algo. El hecho es que, dando un paseo por los alrededores de Xinzo me topé con las torres y decidí engarzar la historia de estas construcciones defensivas y, sobre todo, sus leyendas, con la novela juvenil de misterio en la que estaba trabajando.
¿Cuál era el objetivo de esa unión entre novela juvenil y detalles históricos de la comarca?
Quería contar un poco esas historias que circulan en torno a cada una de las torres, que forman parte del acerbo popular y que podían perderse con el paso del tiempo.
¿Qué tipo de historias y leyendas?
La más conocida es la referida al Rey Arturo, que llegó a conquistar toda Gallaecia, le gustaron las torres de A Limia y se asentó en la zona, pero estaba tan cansado y era tan mayor que decidió convertir a todos sus soldados en mosquitos y él se sumergió en las aguas de la laguna de Antela para descansar, supuestamente en la ciudad de Antioquía; regresaría una vez que hiciese falta. Por eso supuéstamente los mosquitos de la laguna brillan, porque son soldados del Rey Arturo. Otra leyenda gira en torno a la ciudad de Antioquía, que está sumergida debajo de la laguna, donde viven seres mitológicos y que fue asolagada por culpa del egoísmo de sus habitantes, por castigo divino. Ahora la habitan seres mitológicos.
