Era previsible que después de la prueba del algodón de Rajoy hubiera una escalada entre los dirigentes políticos para saber quién lava más blanco. No hubo que esperar hasta el lunes y ayer mismo una catarata de ofertas de 'regeneración' democrática, cuando deberían decir política, llenó los discursos con más ímpetu que la lluvia los desfiles de Entroido de la provincia. Salió todo del cajón: desde la vieja propuesta de las listas abiertas, pasando por la publicación de la declaración de renta de todos los responsables políticos, hasta la publicación de los donantes de los partidos; sin olvidar la mejor, la ocurrencia de Rubalcaba de crear un 'grupo de hombres de negro incorruptibles'. Pecando de iluso, uno diría que los partidos eligen y nosotros votamos en las listas electorales ese tipo de hombres. Pero parece que no. Más madera.
