Opinión

las promesas y el deber

'Probablemente no he cumplido mis promesas electorales, pero al menos tengo la sensación de que he cumplido con mi deber' (Mariano Rajoy, 12 de febrero de 2013). Queda inmortalizada una nueva frase en el perfil que vamos construyendo del presidente del Gobierno con trozos de su propio discurso. Esta ha entrado directamente a ser una de mis favoritas, porque reúne en 20 palabras la esencia de ese liderazgo indolente a la par que desvergonzado. Obsérvese, por ejemplo, el uso del 'probablemente' y del 'tengo la sensación' con el que evita afirmaciones tajantes y deja, como es marca de la casa, una puerta abierta para decir lo contrario el día de mañana. Luego está ese reconomiento, obligado por la evidencia pero travestido de honestidad, de que prometió por prometer, o lo que es lo mismo, de que construyó un discurso tramposo, por encima de sus posibilidades, para cazar el voto del electorado. Mintió, admite, pero lo hizo para 'cumplir con su deber'. En fin, otra frase mariana. No cuela, pero da para echar unas risas.

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