Opinión

Una paradoja

Qué cosas tan curiosas pasan. El domingo por la mañana, la retransmisión de la misa que La 2 ofrecía desde la Acera de Recoletos de Valladolid fue interrumpida a las once y media, cuando todavía faltaba media hora de celebración. El comentarista pidió disculpas y se despidió.La eucaristía, en la que se beatificaba al padre Bernardo Hoyos, era presidida por el mismísimo cardenal Rouco. Y tenía toda la pompa y circunstancia requerida. No voy a entrar en valoraciones sobre la enorme cantidad de gente que puede llegar a congregarse, ni en los muchos de los detalles vistos y oídos. Aquí me quiero referir exclusivamente a esos criterios de programación por los cuales el programa con más cuota de pantalla de la jornada dominical de La 2, y éste es sin duda 'El día del Señor', fue troceado sin compasión llegada la hora establecida. Por qué nadie cayó en la cuenta que una ceremonia como ésta no bajaría de la hora y media. Por qué se monta el dispositivo para llevar a cabo un directo de estas características para cortar a la mitad.

Y sobre todo, por qué esas prisas en cortar cuando la parrilla de La 2, este domingo como otros muchos, no era más que una sucesión de espacios casi siempre de relleno que a duras penas suelen contar con un mínimo de seguidores fieles. Igual que África se dividió con escuadra y cartabón, la geometría fue aplicada el domingo sin piedad. Zanjando antes de hora un programa en directo y muy seguido.

Te puede interesar