Los planes de urbanismo son los lindes del desarrollo armónico de una ciudad. Están concebidos para resolver los problemas y necesidades de sus ciudadanos, para ofrecerles el mejor lugar posible para vivir. El PXOM delimita y refuerza la identidad de una pueblo, acompasando su pasado, su presente y su futuro. Esa, contada con más o menos literatura o tecnicisimos, es la teoría. La práctica dice que los planes de urbanismo los carga el diablo. Ourense conoce de primera mano hasta qué punto una mala planificación urbanística puede provocar prejuicios de toda índole sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad. La última noticia al respecto es una reclamación de 1,5 millones de euros por parte de Hipercor. Hay otra, por valor de 11,4 millones, de Eroski. Está por ver cuánto le cuesta a Ourense esta inseguridad urbanística. Y está por ver cuándo habrá unos líderes políticos dispuestos a entenderse para poner fin a un problema que dura demasiado.
