Opinión

A LOS 13, NIÑAS SON

La propuesta de la ministra de Sanidad de elevar de 13 a 16 años la edad para consentir relaciones sexuales con adultos, me parece un acierto absoluto. España es uno de los países de Europa con el tope de edad más bajo y el propio Consejo de Europa considera que por debajo de los 15 años no se está en condiciones de dar ese consentimiento, y ya en el 2007 la ONU aconsejó a España revisar ese tope de edad.


La idea planteada por Ana Mato no fue rebatida por ningún grupo parlamentario. Realmente no hay argumentos de fondo y racionales para no apoyar semejante propuesta. No tengo hijas, pero sí sobrinas por debajo de los 15 años y son niñas. Niñas en todos los sentidos y, desde luego, sin el criterio y la formación suficientes como para mantener relaciones consentidas con un adulto.


A los 13 años se es una niña y por muy espabiladas que sean las generaciones más jóvenes, con 13 años no ha habido tiempo vital suficiente para tener la formación y los criterios suficientes para poder afirmar que a esa edad se es un ser libre. La libertad exige conocimiento y capacidad tanto para elegir como para asumir las consecuencias de la elección realizada.


Siempre me ha parecido una barbaridad que el tope fuera de 13 años y reconozco que se me abren las carnes de solo pensar que las niñas de 13 años que conozco y quiero caigan en las garras de adultos sin escrúpulos. A los 13 años, las niñas, niñas son y así hay que considerarlas y protegerlas. No conozco ni a un solo padre o madre, de derechas o de izquierdas, que considere que su niña de 13 años está en condiciones de consentir relaciones sexuales con un adulto. Ni uno solo y por ello, la ministra de Sanidad ha dado un paso acertado y necesario.


Está ocurriendo en nuestra sociedad y supongo que también en otras, que la niñez se acorta y que es la adolescencia lo que se alarga. Se acorta la niñez cuando se considera que una niña de 13 está en condiciones de consentir que un adulto haga con ella lo que quiera, cuando se da por bueno que con 14 años beban hasta caerse. La niñez es la etapa que marca la vida. Es el territorio al que, con el paso de los años, vuelven los recuerdos y las añoranzas resultando imposible no sonreír cuando evocamos nuestra propia candidez. A los niños y a las niñas hay que cuidarlos y educarlos y, sobre todo, darles las herramientas suficientes para que, cuando llegue el momento, sean hombres y mujeres libres. Esta tarea no es fácil. Educar a un hijo o a una hija es una tarea ingente en la que, además, nunca se acaba de tener la seguridad de estar haciéndolo bien. Lo importante es que sepan volar, que quieran volar alto y bien, y siempre en la dirección que ellos quieran, pero con 13 años esas alas que dan libertad aún están por salir.

Te puede interesar