Opinión

En construcción

La  principal conclusión del referéndum realizado en Podemos sobre las cuestiones formales –tan importantes en política por lo que son y por lo que suponen- es que el secretario político de la formación, Iñigo Errejón, no encabeza una corriente, que tradicionalmente se entiende como una fracción del partido, pero que en ningún caso alcanza casi el 40% de la representación como ha ocurrido en este caso en el enfrentamiento que ha mantenido con el líder del partido, Pablo Iglesias, a cuenta de la votación conjuntamente de los documentos políticos y de las lisas de la dirección que han de llevarlo a cabo.  Un número muy similar al de Pablo Iglesias han apoyados sus tesis.


La segunda conclusión es que Pablo Iglesias ha sufrido la que podría considerarse su primera derrota en términos cuantitativos. Aunque su propuesta ha salido triunfante con poco más de un dos por ciento sobre la de Errejón, la suma de ‘errejonistas’ y ‘anticapitalistas’ es superior a la de los ‘pablistas’, a la hora de pedir una mayor proporcionalidad cuando se elija la dirección del partido. Así, Pablo Iglesias quiere encabezar una dirección con elección mayoritaria cuando a nivel general pide una reforma de la ley electoral que sea más proporcional.


En tercer lugar, si el sector que representa Pablo Iglesias ha entendido el mensaje del resultado del referéndum realizado, en el que han participado cien mil personas, se avendrá a la petición de Iñigo Errejón de que se produzca una integración de documentos y personas  y que se pongan a trabajar de forma inmediata para evitar una confrontación que no haría sino agravar las y tensiones y divisiones internas. No será una labor fácil porque si bien las discrepancias de fondo respecto a cuales son los problema políticos esenciales que es preciso abordar no son excesivas, sí las hay sobre la forma de tramitarlos, la política de alianzas futuras, o la intensidad de las protestas en la calle y el trabajo parlamentario.


Cuando en los últimos días algunas fuentes del sector de Pablo Iglesias apuntaban la posibilidad de que Iñigo Errejón perdiera su puesto de ‘número dos’, su posición ahora ha quedado reforzada, y del mismo modo que la primogenitura de Iglesias no está puesta en cuestión por ninguno de los sectores de Podemos y Errejón no la va a disputar, Pablo Iglesias que acaba de recibir un varapalo en su soberbia, debería evitar una confrontación que su secretario político está decidido a llevar hasta el final si llega el caso. Antes lo hacía por coherencia, ahora además con un respaldo inusitado tras haber perdido las escaramuzas que se habían planteado en distintas regiones.  


Hasta el cofundador de Podemos y adalid de las tesis de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, al analizar los resultados ha manifestado con rotundidad que  “es evidente que, pese a esa victoria (la de las tesis de Iglesias), el resultado deja un mensaje: hace falta llegar a acuerdos”, y que los inscritos en Podemos reclaman “más acuerdos y menos ruido”.  “Ahora la discusión deja de ser táctica y pasa a ser estratégica: de ideas”, ha añadido.  


Enredados en los problemas internos, en los encontronazos entre abrazos y declaraciones de amistad inquebrantable, Podemos está anquilosado, se deja pisar el terreno en el Parlamento y en la calle hace mucho frío en estas fechas. Quedan a la espera de Vistalegre II, para acabar su construcción.

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