Quién es el culpable?, naturalmente, Zapatero. Así de simple es la respuesta que resuelve el origen de la mayor crisis económica que se ceba sobre la población española. No importan los efectos devastadores sobre las economías de otros países. No hay que tener en cuenta el papel especulador del sistema financiero a nivel mundial. Es insignificante el resultado de la explosión de la burbuja inmobiliaria y la apuesta que habían hecho en ese sentido las políticas de los gobiernos de Aznar. ¿Paraísos fiscales?, disculpas de una izquierda trasnochada. ¿Fraude fiscal y evasión de capitales?, menudencias de rencorosos. Además, ¿por que buscar otras razones si existe una incuestionable?: ¡la culpa es de Zapatero! Los ejemplos más notorios fueron: el cheque bebé, la devolución de los 400 euros , la ley de dependencia, las políticas de igualdad, la Alianza de Civilizaciones, la ley de la memoria, el Estatuto catalán y muchas más leyes que nos han arrastrado a una situación desesperada.
Con machacona insistencia la derecha de nuestro país repite y repite: ¡la culpa es de Zapatero! Los recortes en sanidad, educación, servicios sociales… No hay otra solución, ¡la culpa es de Zapatero! La destrucción de dos mil puestos de trabajo diarios, ¡la culpa es de que los trabajadores no tienen Graduado Escolar y no sirven para nada! (Mónica Oriol, emulando al presidente de Colombia, J.M. Santos). Justicia para ricos, que recen los pobres que para eso tienen un amplio santoral. Medallas para la Virgen mientras se masacran inmigrantes, ¡la culpa de Zapatero, que inventó las concertinas!
Emigración, paro, corrupción, violencia, robos… ¡es la herencia de Zapatero!
Qué pronto nos hemos olvidado de lo bueno que ha hecho un presidente español honesto y entusiasta. Cumplió su difícil promesa de sacar a nuestro Ejército de la guerra en Iraq, donde nos había comprometido otro presidente, recuperando nuestra dignidad como Estado. ¿Es posible que hayamos olvidado su ley de dependencia, que garantizaba la atención a los más débiles? Cómo se ha tergiversado su propuesta de Alianza de Civilizaciones, encaminada a reducir la confrontación de religiones y culturas. Se han manipulado a niveles increíbles los resultados de calidad de nuestro sistema educativo, ocultando que ocupamos lugar destacado en equidad y que nuestros licenciados son demandados por empresas punteras europeas. Se redactaron infinidad de leyes que nos igualan, cuando no superamos, en legislación progresista a otros países europeos: investigación biomédica, protección ante el tabaquismo, energías renovables y un largo etcétera. Se trata de ocultar que las autonomías y ayuntamientos regidos por el PP ocupan los primeros lugares en endeudamiento, alcanzando cifras muy superiores a la media nacional. Se minimiza el aumento de la deuda pública en más de 20 puntos porcentuales acercándose al 100% del PIB en dos años de Gobierno de Rajoy. Se han modificado las leyes laborales, hasta vaciarlas de derechos democráticos, adquiridos a lo largo de decenios de conquistas sociales; creándose un inestable empleo basura.
Se habla de recuperación económica, ¿para quién?: ¿para los desahuciados?, ¿para los seis millones de parados?, ¿para los pequeños negocios que han tenido que cerrar?, ¿para los niños que están en el umbral de la pobreza? ¡Tranquilos, la banca empieza a tener grandes beneficios! Los inversores bursátiles recogen plusvalías; los especuladores de divisas obtienen ganancias. Los evasores de capitales son amnistiados. Los defraudadores tienen quien los proteja. ¡Todo ello gracias a Mariano!
Pero, a pesar de todo, antes o después la Historia dictará sentencia y la verdad se impondrá sobre la mentira. Zoroastro así lo creía. Yo también deseo creerlo.
