Opinión

Capacitar a los escogidos


Decía Einstein: “Dios nos hizo perfectos y no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos. Hacer o no hacer algo, solo depende de nuestra voluntad y perseverancia. Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación. Porque por tu conciencia eres lo que eres, y por tu reputación eres lo que otros piensan de ti. Lo que otros piensan de ti es problema de ellos”.    

Entre los cientos de jóvenes que han pasado por mis aulas he tenido la suerte de contar con un gran número que han sabido aprovechar el tiempo y que han llegado a puestos relevantes en la sociedad y dentro de la carrera que han cursado en la universidad. Personas que han sabido aprovechar el tiempo y que están capacitados para cualquier relevante puesto en la sociedad. Esto enorgullece a los profesores.

El pensamiento de Einstein es certero. En el mundo tenemos que ser capaces de luchar cada día por esa capacitación que el día de mañana abra muchas puertas.

Me sorprende que algunos se quejen de que llevan años para acceder a una plaza después de reiteradas oposiciones. Normalmente aquellos que acaban su carrera con buena nota y sin haber suspendido ninguna asignatura entran a la primera en cualquier empresa. Tengo en mi memoria muchos casos. Gente que ha luchado para capacitarse. El mundo es de Dios y se lo alquila a los valientes.

Pero es necesaria esa valentía que consiste en el esfuerzo desde el primer momento del curso sin esperar a última hora o a la “intercesión” de los santos y a la debilidad de los profesores. Los buenos expedientes normalmente siempre salen adelante.

Tengo presente a un alumno muy inteligente pero con un defecto que lo está pagando en su vida ahora. Cuando se le hacía un examen echaba cuentas de las respuestas y, cuando veía que ya le daba para el 5 paraba el trabajo y lo entregaba.  Así fue que al final la nota le daba muy baja y nunca pudo entrar en la carrera que deseaba teniendo que conformarse con emigrar a otro país europeo en un trabajo inferior a sus naturales capacidades.

Estaba muy avisado y después se lamentaba conmigo porque deseaba estudiar dos carreras y con su nota quedó fuera.

Se casó, tiene un hijo malamente está llevando su vida adelante. Esa es la realidad que debiera asumir la juventud actual en la que el esfuerzo diario debiera ser su estilo. 

Tengo mis serias dudas sobre el futuro de quienes esperan al último mes para abrir en serio los libros mientras el reto del año han andado de fiesta en fiesta y de veladas nocturnas continuamente y nada digamos si en tantas juergas alguna vez caen en actitudes y vicios que acaban destruyéndolos.

Conozco un joven que en primero de Bachillerato comenzó con la droga y hoy, ya con más de treinta años, está tirado en la vida.

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