El tema es muy discutido y creador de controversias no exentas, algunas veces, de grandes contradicciones como la aquí reiterada de Francia. Hablan en su lema de la “fraternité” y por otra parte rehúyen de la religión en una laicidad mal entendida. Si se admite la “fraternité”, junto a la “egalité” y la “liberté”, automáticamente, si somos hermanos, es que en realidad tenemos un padre común. “Fraternité” sin padre es incomprensible. Pues bien, como tiene que haber de todo, y esto es bueno, ahora los ateos, a los que personalmente respeto, parecen convertirse en una nueva religión pero, eso sí, atacando a todos los que creen en algo, y aquí radica la contradicción.
Hace poco se publicaba un reportaje sobre el sueco Avid Carlsson, uno de los neurocirujanos más importantes del mundo actual, Premio Nobel de Medicina del año 2000, por sus estudios sobre los neurotransmisores, combatiendo enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson o el alzhéimer. Afirmó que los genes con los que toda persona nace han sido recibidos de Dios y que la religiosidad es la forma natural de vivir del ser humano, por ello creer en Dios está en los genes y es la forma natural de vivir. Hemos nacido con genes que nos ha proporcionado Dios. Esta es la forma natural de vivir: en una relación con Dios en la que se reza a Dios y se cree en Él”, dijo a L’Stampa, agencia del grupo ACI. A pesar de reconocerse como “una persona que no tiene religión pero con la mente abierta”. “Personas como yo -afirmó-, somos un poco extrañas, desde ese punto de vista; no soy una persona normal porque no tengo ese sentimiento religioso que, no obstante, considero normal. Es un problema mío, una forma de discapacidad”.
Carlsson se refirió al tema de las religiones: “Algunas presentan problemas, en particular el Islam, como por ejemplo en el asunto de las mujeres que no pueden estudiar. Es terrible que muchas mujeres ricas en talento crezcan sin instrucción”. “De las tres religiones monoteístas y su relación con la ciencia, sin duda el cristianismo es la mejor”, resaltó. “Es posible que cuando la primera célula comenzó a existir ya hubiera ahí una profunda ‘sabiduría’, tal vez ya en aquellas pequeñas ‘criaturas cósmicas’. Cuando apareció un individuo compuesto de más células, aquella ‘sabiduría’ aún estaría presente en los genes, pero las diferentes partes de ‘sabiduría’ se dividieron en células especializadas. En cualquier caso, hay una ‘sabiduría’ que ya estaba presente desde el inicio”.
En el fondo coincide con aquella frase del ateo Stephen Hawking cuando le preguntaron hasta dónde había llegado en sus investigaciones. Respondió con una frase que destruye todo posible ateísmo: “A un punto -dijo él-, en el que, si Dios existiese, ahí comenzaría su campo”. Para mí, una clarísima prueba de la existencia ce Dios.
Perdonen por tantas citas, pero es que el tema lo requiere, creo yo.
