Opinión

DURAN, CIU Y EL INDEPENDENTISMO

Habrán observado que siempre me han caído bien dos políticos catalanes por la sensación de personas serias. Hace un tiempo muchos pensaban en Durán como presidente de un gobierno español de concentración. Más aún, como escribía en estas páginas Fernando Jáuregui, él es el mejor enlace con Madrid por su equilibrio y sintonía ideológica. Roca Junyent y Durán i Lleida, dos hombres de prestigio y respetados.


Miquel Roca Junyent (Burdeos 15/6/1937) fue portavoz y presidente de CiU en el Congreso (1977-1995), hasta que Puyol le convenció para que se presentase a alcalde por Barcelona frente a Maragall en comicios que perdió estrepitosamente, contra todo pronóstico, a pesar de su popularidad. Continuó como concejal del Ayuntamiento y, acabada la legislatura, se retiró de la política, siendo uno de los siete padres de la Constitución española. Fue secretario general adjunto de CiU desde 1974 hasta 1979. Fracasó en su intento de vertebrar un partido centrista en el resto de España en la llamada 'Operación Roca' (PRD) en 1986, al que se sumó entonces Víctor Moro.


Más tarde le sustituyó en la Carrera de San Jerónimo el conservador democristiano José Antonio Durán y Lleida (Huesca 27/3/1952), desde 2004. Es presidente de Unió desde 1987, habiendo sido consejero de Gobernación con Pujol desde 1999 a 2001 y diputado por Lleida. Comenzó su carrera como teniente de alcalde de Lleida, cesando al ser nombrado director general en la Generalitat. En 1982 fue elegido diputado nacional y nombrado delegado de la Generalitat en Lleida. En 1986 fue reelegido, por tercera vez, como diputado. De 1986 a 1987 fue eurodiputado. En 1999 fue diputado del Parlamento de Cataluña, y en el año 2003, hijo ilustre de Alcampell, asistiendo al acto el presidente de Aragón. Actualmente es diputado por Barcelona, elegido en las elecciones de 2008 y reelegido en el 2011, y portavoz del su grupo. Desde 2001, secretario general de Convergència i Unió (CiU). En 2004 fue elegido presidente de la Comisión permanente de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, cargo que ostenta. Fue vicepresidente de la Internacional Democristiana, y en noviembre de 2011 era el quinto político mejor valorado, por detrás de Rosa Díez, Barkos, Rajoy y Rubalcaba.


En noviembre pasado, en la polémica independentista, intervino en el Consell Nacional de CiU con frase de Carrasco Formiguera: 'Amunt, avant, visca Catalunya lliure!' (¡Arriba, adelante, viva Cataluña libre!) retractándose después. En noviembre de 2000 salta el escándalo 'Pallerols' de la financiación ilegal de Unió, a través de los fondos europeos de formación profesional, asegurando entonces Durán que 'si esto se demuestra dimitiré', lo que ahora le recuerdan muchos y a lo que se niega pidiendo perdón y afirmando que se resuelve con la autoinculpación de los acusados que, para eludir el ingreso en prisión, acuerdan penas de multa y de entre siete meses y año y medio de cárcel. Toda la oposición le pide que cumpla con su palabra y asuma responsabilidades, pero creo que en la actual situación tanto España como Cataluña necesitan de su ponderación, equilibrio y sentido común.


Estos dos personajes, como se colige por su curriculum, son de lo más notable de la política catalana, habiendo prestado notables servicios a España y desentonando de su jefe de coalición, el honorable Artur Mas. Por eso la crítica situación actual por la que atraviesa Durán sorprende a más de uno. Tanto él como Roca han prestado grandes servicios a España y Cataluña, que los siguen necesitando, algo que Mas debiera tener presente. Porque, además del caso de la financiación, está la gravedad de que un independentista sea el presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso español. Me viene a la cabeza la gran duda recordando el refranero español: 'El que a la bodega va y no bebe, por borracho se le tiene'

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