Opinión

Salir de la escuela

Existe una gran variedad de actividades para los alumnos de todos los colegios de Galicia que son ofertadas por grupos editoriales, ayuntamientos, fundaciones y grupos autónomos. Entre esa gran oferta educativa, los profesores tienen que estudiar la posibilidad de ubicar dicha actividad en su programación anual. Demasiadas veces se malentiende que dentro del horario lectivo lo ideal es no salir del centro y trabajar los libros de texto de los que tantas veces se ha hablado en los últimos meses. Es posible que tenga que pasar todavía alguna generación para que nos vayamos conformando a Europa y al menos observemos que los alumnos deben realizar actividades dentro del horario escolar pero fuera del centro educativo. Por lo general la mayoría de los alumnos que tienen dificultades en mantener el orden y seguir las normas en el colegio son los que mejor aprovechan estas salidas, y los intercambios entre diferentes colegios en fiestas señaladas son también un buen recurso para fomentar la convivencia y las relaciones entre alumnos y el intercambio de experiencias entre docentes. Todo esto fuera de la escuela, la cual siempre queremos que lo resuelva todo y solo es capaz de enseñar una parte importante.


Fuera de la escuela también nos encontramos con otro nivel de educación: la sociedad y la familia. Tantas veces hemos oído de la importancia del modelo familiar y pocas veces nos hemos implicado en fomentar escuelas de padres necesarias para saber educar a nuestros hijos. Y cada vez es más difícil. Los intereses globales influyen en las decisiones políticas en materia educativa y a día tenemos nuestro sistema basado en las competencias básicas, que pocos conocen y casi nadie sabe para qué son importantes. Por desgracia, el arquetipo económico y productivo es el que intenta orientar el rumbo de la educación en Europa, y al fin y al cabo el resultado inmediato de saber hacer, al terminar los estudios es más necesario que tener una formación integral en materias artísticas y humanísticas. La especialización parece ahora resultar imprescindible aunque sigamos echando pestes hacia el sistema americano que hace décadas que sigue ese mismo camino, y más tarde, nos lamentamos de que en tal o cual sociedad no se ven valores humanos positivos. La formación en las artes plásticas, en la música o en el teatro siguen quedando relegadas a esas actividades complementarias que están siempre en función de las programaciones de los pro fesores que todavía creen en ellas, pero que no siempre pueden ser contempladas como se debiera (salvo honrosas excepciones), al no ser avisados con más que con un par de semanas de antelación.


Con todo, los colegios se hallan en continuos cambios positivos. Es absolutamente injusto obviar al excelente grupo de profesionales que están trabajando a diario con verdadera dedicación en los colegios gallegos y en cada ocasión especial los niños y las niñas representan sus obras teatrales, sus canciones y poesías con interés y atención. Algunas veces en el centro educativo, para ellos; y otras muchas veces en espacios públicos para compartir sus trabajos con un público que sabe apreciar ese esfuerzo infantil, lleno de nervios y miedos pero con un aprendizaje que no se adquiere en los libros, ni en los buenos consejos de los maestros, sino ante la realidad de subir a un escenario lleno de miradas e incertidumbres. Y es por eso que si queremos acercarnos a la realidad tendremos que acostumbrarnos a salir en busca de los recursos que se nos ofrezcan fuera de la escuela.


Miembro del Consello Escolar de Galicia

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