Opinión

El BEI puede ganar con Calviño, España no

Nadia Calviño atiende a los medios de comunicación ayer en Cádiz.
photo_camera Nadia Calviño atiende a los medios de comunicación ayer en Cádiz.
Si Nadia Calviño se va al BEI es porque quiere irse, no porque Pedro Sánchez quiera echarla, consciente de que es su salvoconducto ante Bruselas. Quien ocupe la cartera de Economía lo tendrá muy difícil

Puede ser positivo para el Banco Europeo de Inversiones (BEI) que Nadia Calviño sea su presidenta? Probablemente sí, porque si es elegida le dará al BEI en Europa y más allá de la UE, donde también actúa, una proyección de la que carece. ¿Sería positivo para un hipotético Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez que Calviño abandone la vicepresidencia primera y el Ministerio de Economía? Seguramente no.

¿Y resultaría satisfactorio para Nadia Calviño ser presidenta del BEI? Sin duda: si se va es porque ella prefiere ese puesto, en vez de seguir en el Gobierno. “Solo una candidatura con mi nombre tenía las máximas opciones de prosperar”, dijo este sábado. ¿Pero sale ganando el país con ella al frente de un banco europeo? Es probable, si el análisis se reduce al papel del BEI en España, que presta dinero –tampoco lo regala–, pero, por muy importante que sea, no admite comparación con el peso de la vicepresidencia primera de la cuarta economía de la eurozona.

Por último, ¿tiene recambio Sánchez, si forma gobierno, para Nadia Calviño? De su nivel, difícilmente. La ministra de Economía no es Fuentes Quintana, pero ha demostrado que tiene peso en Europa y que con esa fuerza y confianza que le dio Bruselas fue capaz de poner un poco de orden en un Ejecutivo que sin ella hubiera sido la Casa de Tócame Roque.

Es comprensible, por tanto, que los amigos de Nadia Calviño –los personales y los mediáticos– se alegren por ella de que se vaya al BEI. Los demás seguramente tendrán que aguardar a conocer a la persona que puede ocupar su puesto, donde sería una sorpresa que aparezca un mirlo blanco. Basta ver el nivel de los componentes del Consejo de Ministros para intuir los perfiles del agrado de Sánchez o que es capaz de enrolar.

Si Sánchez logra ser investido, una parte de su gabinete se lo nombrará Yolanda Díaz, con personas muy a la izquierda de lo que suele ser habitual en los gobiernos de los grandes países de la eurozona. Otros se los sugerirán algunos barones socialistas y el PSC, partido asociado al PSOE, cuyo peso será determinante, al ser el artífice de ganar en Cataluña y de frenar al PP, que no va a gobernar en España por su mal resultado en esa comunidad.

¿Quiere eso decir que a Pedro Sánchez le harán el Gobierno otros? No. El presidente deberá conciliar con el PSC, los barones con éxito electoral, Sumar y los grupos nacionalistas e independentistas, pero aun así tendrá margen para elegir y, sobre todo, para nombrar a tres o cuatro personas clave: los titulares de Economía, Exteriores, Defensa y Presidencia.

De todos esos nombramientos, el más importante será el de Economía. No solo por la relevancia que tiene la economía en cualquier gobierno, sino también por los retos de España y sus compromisos con Bruselas. El Gobierno, independientemente de quién asuma el liderazgo, deberá enfrentarse a un pacto crucial con la UE para establecer un nuevo marco económico.

Si bien la cuestión fiscal no fue central en la campaña del 23-J, la imposición de restricciones por parte de Bruselas para abordar el déficit y la deuda del país requiere una atención urgente. Antes de que finalice el año, debería alcanzarse un acuerdo con Bruselas sobre este tema, con el hándicap de que podría ser Nadia Calviño quien lo negociase –no se iría al BEI hasta enero–, pero no quien lo gestionase. Un problema añadido.

@J_L_Gomez

Te puede interesar