Opinión

El euro se encamina de nuevo a la paridad

Christine Lagarde, presidenta del BCE, en una conferencia.
photo_camera Christine Lagarde, presidenta del BCE, en una conferencia.
La paridad con el dólar podría estar a la vuelta de la esquina en cuestión de meses, en un claro reflejo de que la economía de EE UU pisa mucho más fuerte que la europea. El BCE moverá ficha este mes

La debilidad del euro frente al dólar es una nueva amenaza para el comercio y la inflación en la zona euro. La paridad tiene un impacto significativo en el comercio internacional, el turismo y la inflación –el petróleo se compra en dólares–, lo que puede derivar en implicaciones importantes tanto para Europa como para EE UU y otros países que comercian con la eurozona.

En el comercio, la devaluación de la moneda ha sido una estrategia utilizada históricamente para mejorar la competitividad de las exportaciones. Sin embargo, en la actualidad, la debilidad del euro no garantiza necesariamente una ventaja competitiva. Un ejemplo es Alemania, que experimentó su primer déficit comercial en más de 30 años a pesar de la debilidad del euro. Esto se debe en parte a que Europa paga por el petróleo y el gas en dólares, lo que significa que un euro débil puede aumentar los costes de importación y desequilibrar la balanza comercial.

En el turismo, la paridad euro-dólar tiene un impacto directo, ya que los viajeros europeos que visitan EE UU recibirán menos dólares por sus euros, lo que reduce su capacidad de gasto en uno de los destinos turísticos más populares del mundo. Por otro lado, los estadounidenses que viajen a Europa verán que sus dólares tienen un mayor poder adquisitivo, lo que puede impulsar los ingresos de hoteles, bares y restaurantes en Europa.

La paridad euro-dólar también puede afectar la inflación. Si las empresas europeas deben pagar más por las materias primas en dólares, es probable que trasladen estos costes adicionales a los consumidores mediante precios más altos, lo cual puede dañar la inflación, como se vio en 2022 en España y en la zona euro, con tasas de inflación del 10,2% y 8,6%, respectivamente, justo cuando el euro se igualaba con el dólar, que es lo que vuelve a pasar ahora tras un ligero repunte este año.

Los cambios en la paridad euro-dólar no son bruscos, a diferencia de lo que pasa en la Bolsa o con las criptomonedas, pero su tendencia sí puede serlo en períodos largos. Así, el euro cotizaba a 0,87 dólares en 2002, mientras que en 2008 estaba a 1,57 dólares, para pasar a la paridad en 2022. Ahora está a 1,05 dólares, su punto más bajo desde el comienzo del año, y la paridad podría estar a la vuelta de la esquina.

¿Qué impulsa esta caída del euro y el fortalecimiento del dólar? En gran medida, la pujanza de la economía estadounidense, con un crecimiento del 2,1% en el segundo trimestre del año, según el Departamento de Comercio, que también constata cifras sólidas en empleo y consumo. Todo ello desata más confianza en el dólar frente a otras monedas. De hecho, la posibilidad de una recesión mantiene a los inversores en vilo, a la espera de que el Banco Central Europeo (BCE) tome medidas para frenar el declive económico.

La OCDE estima un crecimiento modesto para la zona euro en los próximos años, con la economía alemana en riesgo de contracción. Uno de los factores que agrava la situación en Europa es el coste de la energía, que se paga en dólares. Mientras que EE UU ha logrado aumentar sus ingresos energéticos, Europa sufre un aumento en los precios de los combustibles debido a recortes en la oferta. Aun así, en septiembre, la inflación en la eurozona alcanzó su nivel más bajo en dos años (4,3%), lo que alivia la presión sobre el BCE ante su reunión del mes que comienza hoy. 

@J_L_Gomez

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