Opinión

La UE busca un papel entre China y EEUU

Ursula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
photo_camera Ursula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Bruselas gestiona un equilibrio delicado entre proteger su industria automotriz y mantener relaciones comerciales con China, máxime en áreas estratégicas. No todo es blanco o negro en este constante toma y daca

Estos días se ha dado en Galicia, en el marco de un Ecofin informal, un paso significativo hacia la cooperación multilateral y el fortalecimiento de las relaciones entre la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe, en un momento en que ambas partes se enfrentan a desafíos globales importantes. Hay un deseo de la UE de desempeñar un papel más equitativo y efectivo en la escena global, dominada por EEUU y China.

En realidad, el paso adelante del Ecofin es un botón de muestra, ya que la UE está ajustando su enfoque hacia varias regiones, entre ellas China, buscando relaciones económicas y comerciales más equilibradas y efectivas, en un contexto de creciente conciencia sobre la importancia de sus intereses y valores en el escenario internacional. No solo se trata de mirar al comercio, sino también a la inversión en el extranjero –China quiere entrar en Telefónica– y la solidaridad internacional.

Este reequilibrio en las relaciones comerciales también se refleja en el esfuerzo conjunto de la UE con EEUU para impulsar una alternativa a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. El proyecto, que busca crear nuevas conexiones de transporte, energéticas y digitales entre India, Oriente Próximo y Europa, constituye una respuesta estratégica a la creciente influencia de China en la región.

En el complejo panorama de las relaciones globales, el equilibrio se convierte, pues, en una habilidad crucial para los actores. No todo es blanco o negro en este constante toma y daca y no todo son noticias constructivas y edulcoradas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acaba de sorprender, por ejemplo, al anunciar “una investigación antisubvención” sobre los vehículos eléctricos chinos, marcando así un cambio en la estrategia de la UE hacia China.

Bruselas argumenta que los vehículos eléctricos chinos podrían estar recibiendo subvenciones estatales excesivas, posiblemente relacionadas con los precios, lo que iría más allá de las inversiones tradicionales. El movimiento refleja la creciente preocupación sobre las subvenciones estatales y los desequilibrios comerciales en el pujante mercado de automóviles eléctricos, máxime cuando un vehículo eléctrico de gama baja fabricado en China anda por los 4.000 euros, mientras que los vehículos europeos y estadounidenses vendidos en Europa tienen un precio diez veces mayor.

La UE busca un equilibrio delicado entre proteger su industria automotriz y mantener relaciones comerciales con China, especialmente en áreas estratégicas como las llamadas tierras raras –el conjunto de los considerados como minerales críticos, en realidad– y los componentes de baterías, fundamentales para el Pacto Verde de la UE. Además, es evidente la necesidad de un reequilibrio en el comercio global con China, ya que el superávit comercial favorece a la potencia asiática en un 15%.

Es evidente que la dinámica entre China, la UE y EEUU está en constante evolución. Mientras que la UE busca un equilibrio en sus relaciones con China, también es consciente de la importancia de mantener canales de comunicación abiertos y de colaborar en asuntos globales apremiantes, como el cambio climático y las derivadas de la pandemia. En última instancia, el equilibrio se convierte en un elemento fundamental en las relaciones internacionales, especialmente en un mundo cada vez más multipolar.

@J_L_Gomez

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