Opinión

A LA DERECHA DEL PADRE

El ex-presidente Aznar llegó a presumir en su segundo mandato de aglutinar para sí todo el poder político existente a la derecha del PSOE; no decía toda la verdad pero tampoco trenzaba con su afirmación un dibujo del todo incierto.


La muerte de Blas Piñar -fundador de Fuerza Nueva cuando Manuel Fraga hizo lo propio con Alianza Popular- nos recuerda que precisamente a su derecha, aunque pintaran poco, figuraban otros, los estertores del franquismo, aquellos que se autoproclamaron herederos universales de un régimen dictatorial cuya mayor divisa era la indivisibilidad de España, la xenofobia y un radicalismo populista que nunca tuvo mayor predicamento, a pesar de que en unas segundas elecciones -1979- Blas Piñar llegó a salir elegido diputado; su mayor éxito político. Fuerza Nueva desaparecería en 1982, aunque con distintos nombres -Frente Nacional, Frente Español, Alternativa Española- él seguiría presentándose a las citas electorales y dejándose notar -sus seguidores- enarbolando banderas preconstitucionales y boinas rojas en ristre cuando tocaba.


Aznar se autoproclamó garante de la derecha igual que -salvando las distancias- Blas Piñar se autonombraría “Caudillo de España por la Gracia de Dios” tras la muerte del dictador, con la diferencia de que el expresidente creía en lo que decía. La ultraderecha en España nunca ha tenido predicamento, su discurso político expresado en formas poco sutiles quedaba plenamente recogido en formulaciones generalistas; tampoco, ni en los momentos desestructuradores como estos, la xenofobia, ni discursos contrarios al sistema como se dan en Francia, Holanda, Austria, ganan adeptos. La presencia de UPyD, Ciutadans, han recogido muchos desencantos sobre las fisuras de un sistema político extenuado, que entre el descrédito político, la necesidad de reformas y la presión nacionalista se presenta propicio. Ahora emerge VOX, otro partido a la derecha de la derecha, con la presencia de Abascal, Ortega Lara, Vidal Quadras, Mayor Oreja. Y la mano de Aznar, mientras, sobrevolando todas las cabezas.

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