Opinión

Teatro municipal

Los primeros viernes de cada mes, la ciudadanía tiene la oportunidad de dejarse caer por la casa grande de la Plaza Mayor o, si lo prefieren, la casa consistorial, y asistir a la celebración de una sesión plenaria de la Corporación Municipal. Un acto corporativo como es una reunión del pleno del Ayuntamiento de Ourense se acaba convirtiendo en un “show”, como una escenificación teatral.

Ya hemos comentado en otra ocasión el espectáculo que se produce en cada pleno municipal, debido a que se pierden las formas, unas veces más que otras. Los debates son ácidos y fuera de tono. Y aunque no siempre acaban en trifulcas, sí es cierto que el respeto y las buenas maneras es algo que se ejerce a medio gas.

Y la verdad, si existe un reglamento que regula precisamente el desarrollo de los plenos, en cuanto a tiempo de intervenciones e incluso cuando se profieren insultos, el presidente de la Corporación, esto es, el alcalde, sólo tiene que aplicarlo, pero eso sí, a todos por igual.

No resulta ejemplarizante que efectivos de la Policía Local accedan al salón de sesiones para desalojar a un edil. Y es la segunda vez que sucede y siempre con el mismo grupo municipal de la oposición.

Y mucho nos tememos que a medida que se acerque mayo del próximo año, las reuniones del órgano municipal de Ourense van a ir creciendo de tono, porque a fin de cuentas, no dejan de ser un escaparate, donde cada uno se exhibe para contemplación general, y más aún si entre los ediles hay candidatos al sillón municipal. La pre-campaña, ya está operativa.

Pero aquí de lo que se trata es de mantener el decoro y que nuestros representantes públicos actúen conforme a unas normas básicas de educación y respeto. Los insultos, al margen de la dimensión de los mismos (ya sean gusanos, mamarrachos o ineptos), al menos que se reserven para el espacio privado, pero jamás han de utilizarse en un marco como es un salón de sesiones.

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