Opinión

El IBEX 47

Mañana cierran en España todas las tiendas de Zara y Amancio Ortega se hace un electrocardiograma, su hija vende un pura sangre, se retoca un poco la lista Forbes y el paro aumenta como si estuviésemos en octubre. Eso es todo. Es más, cierra Repsol, se forran Cepsa o BP –recordad British e Iberia-, se quedan sin jet ejecutivo unos cuantos especuladores y asunto concluido. Si acaso, los políticos se pon- drían a parir unos a otros, la prensa afín pondría el grito en las nubes y la culpa la tendrían los antisistema. O los chinitos.

Pero mañana cierran los autónomos, y a tomar por extremo oscuro España entera. Gasolineras cerradas, panaderías cerradas, abastos cerrados, tiendas de telefonía móvil, farmacias, ferreterías, fiestas y ferias, y el sexy shop de la esquina, y los electricistas, y los fontaneros, y las cafeterías, y los autobuses escolares, y los taxistas, y los camioneros, y la flota de bajura, y los miles y miles de cosecheros denominación de origen incluida, y los pequeños transportistas de gasoil (volveríamos a soplar los sabañones y Podemos se quedaría sin programa), y las guarderías, y los centros de día, y las tintorerías, y los dentistas, y los talleres de carpintería y los de chapa y pintura, y los laboratorios de análisis clínicos. (Ver páginas amarillas.)

Los autónomos son el ‘IBEX 47’ de los que los 47 millones de españoles somos accionistas. No son trabajadores normales, son esclavos por cuenta propia. Son unos héroes. Son los mayores empleadores. Son los grandes patrones –pobres patrones- sin patronal ni pollas. Al final son unos parias. Mantienen cada cual dos, seis, ocho enemigos a sueldo en la nómina. Sus secretarias –secretaria viene de secreto- con frecuencia los conocen y los airean, incluso los eróticos, y los tienen cogidos por las vergüenzas. Tienen tanto merecimiento como las grandes empresas, o más, pero no salen en la tele –solo si los denuncia un empleado, o los traiciona- ni nadie los tiene en cuenta. Tienen que responder de sus decisiones con sus bienes y hacienda. Todo dios los chantajea. Incluso la OCU. No disponen de asesores, ni abogados, ni influencia.Tienen,eso sí, al igual que las madres con muchos hijos, una salud de hierro. Pero al final no compensa. Es preferible poder curarse una gripe, dis- frutar de tiempo libre, desconectar los fines de semana, tener al año cuatro pufos de vacaciones y no andar cada trimestre racaneando con lo del IVA.

¿A qué esperan? ¿No les llaman emprendedores? ¿Por qué no crean su propio partido político? Tienen asegurados 3 millones y medio de votantes; simpatizantes, cuando sepamos lo imprescindibles que son, ya no digamos... Y, si gobernaran, España sería una potencia. Y a los chinitos naranjas de la China. O de Valencia. 

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