Opinión

Por qué piden amor cuando quieren decir euros?

Ante el choque del independentismo contra la realidad todos los diarios catalanes se lamentan de que no se hubiera evitado porque “España ha renunciado a seducir a Catalunya”, como sintetizaba este jueves un titular del independentista “Ara”. Los territorios no se seducen. Atribuirle sentimientos al terreno usurpa la voluntad de los habitantes en desacuerdo con quienes unifican el alma de todos en una geografía.

Toda crítica a Franco era un ataque a España, pero España, terreno inerte, no se enteraba. Sólo los franquistas, aunque muchos españoles se sentían también heridos influidos por la propaganda del régimen. Este es el método nacionalista. Si se critica a sus dirigentes se ataca a Cataluña y mucha buena gente cree que los españoles la repudian, cuando debía seducirla con sortijas de diamantes.

La burguesía catalanista –apoyada por periodistas nacionalistas--, espera que los demás españoles la cortejen ofreciéndoles regalos y un salario vitalicio. ¿Por qué? Seducción o independencia. La dama dice que rechaza a su pareja por no pedirle la mano; lógico, están casados. Espera que se cumpla la profecía del filósofo Francesc Pujols (1882-1962), la llegada del día en que los catalanes irían por el mundo con todo pagado solamente por ser catalanes.

La burguesía hoy nacionalista, antes franquista porque se cortejaban mutuamente el dictador y ella, sigue creyéndose
superior al resto de los españoles porque fue más trabajadora, más imaginativa y más emprendedora que los rústicos “castellanos”. Tuvo esas capacidades gracias al mar y a la frontera con Francia, puerta de modernidad económica
e intelectual.

Eso acabó: la democracia, los aviones e internet nos han igualado en virtudes por lo que ahora hay más gente que seducir que a unos anticuados provincianos que sólo quieren tus euros vitalicios.

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