Opinión

Republicanos sensatos

En su “Haciendo República” el antiguo anarquista y gran cronista llamado Julio Camba narra la decepción de los republicanos sensatos que vieron como fracasaba su ansiado régimen nada más empezar en 1931, porque ya no tenían república que reclamar.

Camba nunca llegó a saber, como casi nadie entonces, ni ahora, por qué se le había puesto una banda morada a la bandera que rompía con la de la I República, herencia de la de Carlos III y la constitucional actual; había muchas explicaciones, pero ninguna concluyente.

Lo que si sabía es que enormes masas de paniaguados de toda España se multiplicaron en el nuevo régimen y resultaron más estúpidos y corruptos que los anteriores.

Amparados por una Constitución que, por ideologizada, resultó antiliberal y predictatorial; por ejemplo, permitió que seis meses después de aprobarse se creara la “Ley de Defensa de la República” para eliminar, perseguir y encarcelar toda disidencia al régimen.

Pero los que fuimos antifranquistas militantes la convertimos en un ídolo sagrado al verla, aunque sin analizarla, como la primera víctima de la guerra civil que condujo a la dictadura.

Aquella fue una república insensata en tiempos insensatos, de marxismos-leninismos, anarquismos y fascismos dominantes en Europa.

Qué curioso, los restos contemporáneos de aquellas ideologías, la falangista también, son los que abanderan ahora no los llamamientos a una república moderna, liberal, al estilo estadounidense o francés, sino a una “popular”, como la otra.

En todas las manifestaciones republicanas de estos días no hay una sola proclama que no sea de fondo totalitario, sobre todo porque exigen saltarse la Constitución, base de sus propias libertades.

Más peligroso para la Corona sería que aparecieran los republicanos demócratas y liberales, aunque después, como Camba, quedaran defraudados por una realidad tomada por extremistas.

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