Pedro Sánchez insiste en que el PP debe pactar con los partidos de derechas para formar gobierno, pero las derechas son los nacionalismos periféricos, y Convergencia catalana (CDC, hoy PDC), el principal apoyo histórico de socialistas y populares cuando eran minoritarios, se ha vuelto independentista. El derechista y tibiamente separatista PNV, con menos diputados, también colaboraba, pero aquí surge el problema sobre qué es derecha e izquierda: a los nacionalistas vascos los apoya el PSOE en parte de su territorio. ¿Es derechista el PSOE vasco?
Aún más, si Ciudadanos es de derechas, ¿por qué pactó Pedro Sánchez un programa de gobierno con Albert Rivera en la minilegislatura anterior? El PP no acordará la gobernabilidad con quien rompe España, y el PSOE sabe ya que hacerlo es suicidarse, aunque algunos socialistas insensatos insistan en unirse a ellos en Cataluña, Valencia y Baleares.
El PSC-PSOE pactó con la separatista ERC y los poscomunistas catalanes para dirigir la Generalidad catalana entre 2003 y 2010, y allí se hundieron ambos socialismos.
Para los partidos nacionales uncierse al nacionalismo periférico es contagiarse de un mal sin cura, error que parece no querer cometer el PP, que se autoproclama garante de la soberanía nacional, igual que Ciudadanos.
Al afirmar que el PSOE es izquierda y que el PP debe buscar aliados en los separatistas Sánchez señala que él sí querría pactar con los esos mismos separatistas y con los comunistas y ultraizquierdistas de Podemos. Pero otros líderes del PSOE no van a dejar que su ambición y contumacia suiciden el partido, como ocurrió en Cataluña. Le queda aceptar que gobierne Mariano Rajoy, y enseguida: muchos socialistas lo ven como culpable de la decadencia del PSOE, iniciada por Zapatero, y que se acelerará si hay nuevas elecciones.
