Opinión

Valenciano y sus armas de mujer

Si usted vio el debate del jueves entre Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete observó que mientras el exministro de Agricultura hablaba la candidata socialista rezongaba y reiteraba exclamaciones sin parar hasta crear un ruido de fondo que incluía gruñidos que desconcentró a su contendiente, obligándole a soltar torpemente lo que traía escrito.

Cañete no interrumpía a Valenciano, que es lo que suele hacerse entre hombres, sino que la dejaba hablar caballerosamente. Si el debate hubiera sido entre hombres habría gritado: “Cállese. No me interrumpa con sus constantes cacofonías por lo bajo”

La socialista, obedeciendo a sus asesores, usaba sus “armas de mujer”: refunfuñar sin parar y hacer exclamaciones de fondo, raca raca, pero en un tono medido para no interrumpir totalmente a Cañete.

Aunque la corrección política actual prohíba recordarlo, según Pavlov las mujeres son diferentes a los hombres en los conflictos. Ellos son más directos e inicialmente más impulsivos, mientras que ellas resultan más pacientes pero también más insistentes e inquebrantables.

Con la teoría de la igualdad del llamado género se niegan las diferencias conductuales según el término ya prohibido de sexo. Pero, finalmente, los humanos son animales como los demás.

Cañete, que actuó con enorme torpeza ante las “armas de mujer” que se le enfrentaron, pero que tiene una preparación muy superior a la de Valenciano, sugirió que para portarse como un caballero no quiso mostrarse agresivo.

El caso es que no protestó contra ese refunfuñeo de fondo que la moderadora apoyaba, “armas de mujer”, al no interrumpirlo. Ante su derrota, Miguel Arias Cañete explicó luego que si llega a mostrar su superioridad intelectual con una Valenciano muy inferior le hubieran llamado machista. Decir esta verdad es políticamente incorrecto y otra torpeza: ahora lo acusan de más machista.

Te puede interesar